Después de la Revolución el Valle del Yaqui inició un proceso de desarrollo que tuvo varios momentos, cada uno con ciertas características que marcarían el futuro de esta región y asentarían las bases de la industria agrícola de Sonora. El estudio y el análisis de los acontecimientos que marcaron estos procesos de desarrollo son documentados y estudiados en el libro “El Valle del Yaqui: propiedad privada, explotación agrícola, organización empresarial y crédito, 1930-1980” de Ana Isabel Grijalva Díaz y Juan José Graciada Romo.
Este libro académico fundamenta la narración de los eventos y los procesos que se vivieron en el Valle del Yaqui con documentación del registro público de la propiedad, así como de actas notariales de las asociaciones civiles que protagonizaron la transformación, para sustentar cada una de las afirmaciones. Dando una visión clara y objetiva de los cambios que se dieron en la repartición del uso de la tierra, así como su explotación y en la organización empresarial de producción agrícola del valle.
Esta objetividad académica de los autores es lo que permite al lector ver como las pruebas históricas muestran que el plan que la Compañía Richardson, de origen norteamericano y con buenas relaciones con el gobierno porfirista, se concretó a través de la Compañía en Liquidación Richardson con los presidentes sonorenses emanados de la Revolución. Así como también que el desarrollo del Valle del Yaqui únicamente pudo haberse logrado a través de un sistema privado de tenencia de la tierra, el cual permitiera a los propietarios hacerse de créditos para trabajar e invertir en el desarrollo agrícola.
William Richardson y sus socios, tanto mexicanos como extranjeros, crearon una red de conexiones empresariales que permitió la exportación de la producción agrícola, así como hacer del valle uno de los centros más importantes en Latinoamérica dentro del movimiento global en el campo de la producción de alimentos de la Revolución Verde.
Esta red de conexiones también trajo como consecuencia el asentamiento de muchos extranjeros que vieron en el valle el lugar ideal tanto para sus inversiones como para establecerse y formar a sus familias. Es así como la historia de la propiedad de la tierra en el valle es también la de las familias que llegaron para trabajar el campo y formar el centro agroindustrial más importante del noroeste mexicano.
En cuanto a los cultivos, estos fueron determinados tanto por el mercado como por las condiciones hidráulicas y de tenencia de la tierra. En un principio el arroz y algodón fueron la opción más recurrente entre los productores porque las crecidas del río Yaqui así lo permitían. Pero con la construcción de las presas, la redistribución por manzanas de las tierras de cultivo, así como los avances en las mejoras en la semilla del trigo, llevaron a que el trigo se convirtiera el principal producto.
Ver la evolución de una industria tan importante como la agrícola después de la Revolución, el asentamiento de familias extranjeras que trabajaron la tierra inerte para convertirla en fértil junto con la gente trabajadora de Sonora, así como los cambios en los cultivos, todo visto desde la mirada académica es lo que ofrece el libro de Ana Isabel Grijalva Díaz y Juan José Graciada Romo. “El Valle del Yaqui” sin duda es un titulo para quienes quieran acercarse al conocimiento histórico de Sonora y con esto de porque en la actualidad somos como somos.