El Parque Nacional Galápagos anunció que terminará con éxito el programa de reproducción en cautiverio de la especie Chelonoidis hoodensis, un tipo de tortuga endémica de las islas Galápagos.
Cuando comenzó el programa, a mediados de la década de 1960, sólo quedaban 15 representantes de la especie en el mundo: doce mujeres y tres hombres, por lo que su extinción parecía inminente. Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando Diego, una tortuga centenaria que muchos califican como una máquina de sexo, ingresó al programa.
El macho llegó a vivir a la isla Santa Cruz en 1976,y rápidamente se mostró como el “dominante” entre los tres seleccionados para recuperar a las hoodensis. Según reportes del parque, el grupo produjo 2.000 tortugas en ocho décadas, de las cuales el 40 por ciento fueron concebidas por Diego.
Los científicos no sabían cuánto había contribuido cada tortuga con la repoblación hasta que hace seis años un análisis genético mostró que Diego era el padre de al menos 800 crías. Esta tortuga pesa 80 kilos, mide 90 centímetros de longitud y 1,5 metros de altura (si estira las piernas y el cuello), y durante las ocho décadas vivió con seis hembras, que han sido sus socias en la misión.
Diego es la antítesis de George, el último ejemplar de la especie “Chelonoidis abigdoni” que murió en 2012 tras negarse a aparearse en cautiverio. Se estima que la tortuga fue sacada del archipiélago de Galápagos en la primera mitad del siglo XX por una expedición científica.
Tras esta heróica misión, Diego volverá a su isla de origen ya que los resultados del último censo de finales de 2019, muestran que la isla reúne las condiciones para mantener a la población de tortugas. Según Washington Tapia, director de la Iniciativa de Restauración de Tortugas Gigantes (GTRI), “esta seguirá creciendo de forma normal, aún sin ninguna nueva repatriación de juveniles”.
Antes de regresar, Diego y las otras trece tortugas que hicieron parte del plan, deberán pasar por una cuarentena. Esto evitará que lleven con ellas semillas de plantas que no son propias de la Española.
Jorge Carrión, director del Parque Nacional Galápagos, aseguró que los animales”no van a tener ningún tipo de impacto al momento de retornar” a Española, pues en el Parque están “en las condiciones más naturales posibles, la alimentación no es exagerada, es limitada justamente tratando de imitar las condiciones” de su hábitat.
El archipiélago de Galápagos, ubicado a 970 kilómetros de la costa continental de Ecuador, fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad en 1978 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La zona es famosa por las numerosas especies endémicas, que sirvieron como laboratorio natural al científico inglés, Charles Darwin, para su teoría de la evolución de las especies.
Fuente: Semana