Hermosillo, Sonora.- Desde sus espacios, cada vez más ciudadanos se suman al cuidado del medio ambiente. Una de sus principales áreas de oportunidad es la educación, pues impulsan acciones positivas en los más pequeños.
En Hermosillo, existen profesores que por iniciativa propia o motivados por otros, han decidido iniciar con huertos escolares, donde además de sembrar y cosechar de su propia mano, acercan a los estudiantes y los involucran en un contacto directo con la naturaleza.
Al sur de la ciudad, en la escuela primaria “Profesor Francisco Navarro Estrada I”, los niños y las niñas regresan por las tardes en horas extras y de manera voluntaria a remover tierra, podar plantas, sembrar cilantro, calabaza, chile, repollo y más.
Saúl Gonzalo Ruiz Escudero, profesor del sexto año, inició hace tres ciclos con una zona de cultivo dentro del plantel, motivado e inspirado por profesores que le enseñaron a él estas prácticas que ahora comparte con sus estudiantes.
“Esto de elegir el huerto escolar es porque mis maestros anteriores me lo inculcaron y en el caso muchos maestros de mi generación han tenido la oportunidad y otros no, pero creo que tiene que ver con eso y con que los padres de familia inculquemos estos valores. Tiene mucho que ver de maestros, padres de familia. Porque la profesión que el padre ejerce se la inculca al hijo”.
“Yo vengo de padres campesinos y en cuestión de mecánica no sé nada, apenas de grande lo estoy aprendiendo, pero de agricultura sé bastante”.
Además de contribuir al acercamiento con el medio ambiente, conocer sobre alimentos benéficos para la nutrición humana y trabajar en tareas al aire libre, los huertos escolares o campos de cultivos en instituciones educativas permiten crear relaciones integrales entre los miembros del plantel.
Como el profesor Saúl, en el plantel “Profesor José Lafontaine” la maestra Vanessa Tapia Madrid explicó que existe un huerto desde hace aproximadamente cinco años; comenzaron por hacer una una composta como parte de una actividad que se incluye en los libros de texto y, al ver las plantas que crecieron, optaron por desarrollar el huerto.
Ahora cuentan con varios espacios dentro de la escuela primaria donde siembran frijol, cilantro, rábanos y otras semillas, así como diversas especies de flores que otros profesores de la primaria han compartido.
“Iniciamos haciendo composta porque es un contenido que viene en los libros de texto, pero la sorpresa que fue al ciclo siguiente en el único lugar donde había plantitas era en donde estaba la composta.
Eso me emocionó y me motivó y en el siguiente ciclo escolar empezamos a hacer la siembra formal de algunas plantas como tomate, chile, cilantro, rosales, un bananero que ya tiene su primera flor”.
Además de cosechar verduras o frutas y repartirlas entre los estudiantes o usarlas para volver a sembrar, los beneficios de tener un huerto escolar se reflejan directamente en la actitud de los estudiantes.
La profesora Vanessa comentó que cada vez que toca ir al huerto, los alumnos se alegran y se emocionan, son participativos y se ofrecen voluntariamente para acudir a realizar tareas de cuidado en las plantas.
Luna Valeria y Nando Antonio aseguraron que han aprendido a identificar plantas que ya no conocías y que visitar el huerto se ha convertido en parte de sus actividades favoritas, al divertirse pero también aprender mientras participan en este proyecto.
“Todos levantamos la mano para venir y como muchos queríamos, la maestra hizo un procedimiento donde el lunes viene un grupo de cinco niños y el martes otro.
Tenemos muchas plantas, crecen muy rápido y tenemos varios huertos donde he aprendido muchos nombres de plantas que no sabía, como la moringa y es muy padre hacer el hoyo para la composta.
“Me gusta venir aquí porque me enseñan cómo crece la naturaleza y todo lo que hace en su crecimiento. Así trabajamos en equipo para tener algo en común”.
Son incluso los padres de familia quienes refuerzan e impulsan prácticas sustentables dentro de los planteles, al ver el impacto que se genera con este acercamiento ambiental entre estudiantes y medio ambiente.
No contar con un espacio plano o un terreno amplio no es un pretexto a la hora de decidir instalar un huerto, pues estos pueden ser incluso macetas colocadas estratégicamente donde se planten diversos tipos de plantas.
Aunque la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) en Sonora no tiene un registro sobre los cultivos escolares dentro de los planteles, al tratarse de iniciativa propia de cada institución, cada vez son más los profesores y profesoras que optan por esta enriquecedora herramienta educativa.