“Nada con exceso, todo con medida” es más que un eslogan. Tras las celebraciones de Año Nuevo, la llamada “cruda” vuelve a ser protagonista. Dolor de cabeza, náuseas, fatiga y sensibilidad a la luz no aparecen por casualidad: el alcohol favorece la deshidratación, altera el equilibrio de electrolitos y sobrecarga al hígado.
La rehidratación es clave para la recuperación, pero hacerlo de forma incorrecta puede prolongar el malestar. Estos son cinco errores frecuentes al rehidratarse después de beber y cómo evitarlos.
Error 1: Beber solo agua y olvidar los electrolitos
El alcohol incrementa la diuresis y provoca la pérdida de sodio, potasio y magnesio. Beber agua es indispensable, pero no suficiente. Se recomienda alternarla con soluciones de rehidratación oral o bebidas con electrolitos, sin exceso de azúcar, y acompañar con alimentos como plátano, yogur o caldo.
Error 2: Apostar por refrescos azucarados “milagro”
Algunas investigaciones indican que ciertas bebidas pueden acelerar la metabolización del alcohol; sin embargo, el exceso de azúcar genera picos de glucosa que pueden empeorar la náusea. Si se consume refresco, debe ser de forma ocasional y en pequeñas cantidades. La prioridad debe ser agua, sueros y jugos naturales diluidos.
Error 3: Usar café o bebidas energéticas para “despertar”
La cafeína no rehidrata y puede aumentar la deshidratación y la irritación gástrica. Además, eleva la frecuencia cardiaca cuando el organismo ya se encuentra bajo estrés. Para recuperar claridad mental, es preferible hidratarse primero y comer algo ligero.
Error 4: Tomar analgésicos sin cuidado del hígado
Medicamentos como la aspirina o el ibuprofeno pueden aliviar el dolor, pero se debe evitar el paracetamol después de beber, ya que su combinación con alcohol incrementa el riesgo hepático. Es fundamental leer las etiquetas y no mezclar fármacos. Ante cualquier duda, lo más prudente es esperar o consultar a un profesional.
Error 5: “Curar” la resaca con más alcohol o ayunos prolongados
El llamado hair of the dog solo retrasa la recuperación y pospone los síntomas. Tampoco el ayuno ayuda: la hipoglucemia puede intensificar la cruda. La mejor opción es una comida balanceada, con proteína (huevos), carbohidratos complejos (avena) y grasas saludables.
Qué sí funciona
- Hidratación gradual: pequeños sorbos de forma constante.
- Electrolitos: sueros o caldos.
- Alimentos clave: plátano (potasio), huevos (cisteína), frutas rojas (antioxidantes).
- Descanso: dormir permite al hígado procesar toxinas.
- Moderación: la única prevención real es no excederse.
Rehidratarse correctamente acorta la duración de la resaca y reduce complicaciones. Evitar estos errores facilita una recuperación más rápida y con menos molestias.


