Ciudad de México.- El comediante Brincos Dieras, uno de los artistas más virales y polémicos del país, fue vetado de Cajeme luego de que el presidente municipal, Javier Lamarque, anunciara que no se autorizarán nuevos permisos para sus espectáculos debido al tipo de dinámicas y contenido que presenta, especialmente aquellas que involucran a mujeres con humor negro y lenguaje explícito.
Originario de Monterrey, Nuevo León, Brincos Dieras se ha posicionado como uno de los comediantes más populares de México gracias a su estilo irreverente, el uso del humor negro y su constante interacción con el público.

Aunque sus shows suelen generar clips que se vuelven tendencia en redes sociales, también han provocado críticas por la forma en que algunas mujeres participan en sus dinámicas.
Aun así, mantiene una sólida base de seguidores y sus presentaciones suelen agotar localidades.
En la vida fuera del escenario, Brincos Dieras es Roberto Carlos Oliva Barajas, también conocido como Roberto Carlo, quien suma casi 30 años de trayectoria.
Inició como ‘Tongorito’ en fiestas infantiles y probó distintos nombres artísticos antes de adoptar el personaje que lo hizo viral, un apodo que surgió de una frase de unas amigas mientras buscaba identidad escénica.
Con el impulso de redes sociales, especialmente TikTok, pasó de animar eventos pequeños a presentarse en auditorios, palenques e incluso estadios.

Su estilo directo y de doble sentido le ha valido el apodo de “el payaso más irreverente”, una imagen que lo ha llevado tanto al reconocimiento como a la polémica, e incluso a enfrentar vetos en distintas localidades.
En Cajeme, Lamarque Cano confirmó que no se permitirán más presentaciones del comediante por el tipo de contenido que aborda.
“Aquí a Obregón no va a venir nunca más mientras yo sea presidente municipal”, afirmó. Y cuestionó: “Todo el mundo se ríe con él, pero ¿no han visto lo que hace y cómo las mujeres se prestan?”.
El anuncio se realizó el martes 25 de noviembre, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Lamarque señaló que en una ocasión anterior no identificó las dinámicas del espectáculo, pero aseguró que no volverá a ocurrir: “Todo ese tipo de prácticas tienen que desaparecer”.
La última presentación del comediante en Ciudad Obregón tuvo lugar el 1 de diciembre de 2023.
Mariel Montes, profesora investigadora de la Universidad de Sonora (Unison), compartió que estos espectáculos no aportan al empoderamiento femenino y reproducen prácticas de cosificación y burla hacia los cuerpos de las mujeres, por lo que consideró entendible que el Ayuntamiento de Cajeme limite sus presentaciones.

Parte de la rutina de Brincos Dieras, añadió, ridiculizan cuerpos e imágenes corporales y no generan beneficio a la comunidad. En este contexto, afirmó que separar al comediante de su obra resulta inviable, pues su estilo depende precisamente de ese tipo de humor.
Recordó ejemplos de artistas que han modificado su contenido cuando plataformas o audiencias lo solicitaron y planteó que Brincos Dieras podría ajustar su material para evitar expresiones de violencia de género o burlas estéticas.
La especialista también mencionó que, aunque las personas son libres de consumir los espectáculos que deseen, la comedia atraviesa una etapa en la que se exige mayor responsabilidad y creatividad. Señaló que durante décadas muchos humoristas recurrieron a la burla hacia mujeres, personas con discapacidad u otros grupos vulnerables, pero destacó que los avances en derechos humanos han generado mayor sensibilidad en el público.
Montes consideró que los cambios sociales obligan a replantear la forma de hacer reír. Apuntó que cada vez más asistentes se sienten agredidos por rutinas que antes se normalizaban, por lo que instó a la industria a renovar sus propuestas y priorizar espectáculos que no recurran a la humillación como recurso central.
Por último, la académica señaló que, si bien la autoridad municipal puede regular eventos públicos, cualquier negativa debía estar respaldada jurídicamente. Indicó que el rechazo a un permiso no podía basarse únicamente en una inconformidad, sino que debía sustentarse conforme a la ley, especialmente tratándose de un artista que opera como empresario del entretenimiento.


