La operación “La telaraña de Charlotte” (Charlotte’s Web) inició con al menos 81 migrantes detenidos —entre ellos mexicanos y hondureños— durante su primer fin de semana de aplicación en Charlotte, la ciudad más poblada de Carolina del Norte.
El despliegue, impulsado por la Administración del presidente Donald Trump, ha generado fuerte preocupación social y señalamientos de abuso por parte de autoridades locales.
El gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, denunció que la Patrulla Fronteriza actuó con tácticas intimidatorias.
Afirmó que se observaron “agentes enmascarados, fuertemente armados y con vestimenta paramilitar conduciendo autos sin marcas, enfocándose en ciudadanos estadounidenses con base en su color de piel, perfilamiento racial y agarrando personas aleatorias en estacionamientos y aceras”.
“Esto no nos está haciendo más seguros. Está atizando el miedo y dividiendo a nuestra comunidad”, advirtió el mandatario estatal.
Bovino dirige el operativo; preocupación entre organizaciones
Gregory Bovino, comandante de la Patrulla Fronteriza y responsable de operativos masivos previos en Los Ángeles y Chicago, estuvo presente en las acciones en Charlotte.
Su llegada ha causado inquietud entre organizaciones comunitarias que temen un patrón de detenciones agresivas similar al registrado en California.
Bovino presumió los resultados de la operación: “81 (migrantes), de los que muchos tenían un significativo historial criminal e inmigratorio, están fuera de las calles.
¡Esto se hizo en solo cinco horas!”, publicó en redes sociales, acompañado de fotografías de personas detenidas.
De acuerdo con el American Immigration Council, Carolina del Norte alberga cerca de un millón de migrantes, más de una quinta parte de ellos mexicanos, lo que coloca a Charlotte como un punto prioritario para las redadas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Enfoque en “criminales extranjeros”, pero gobernador contradice versión federal
El DHS sostiene que el operativo se dirige a “criminales extranjeros ilegales” que se han refugiado en la ciudad bajo “políticas santuario” y asegura que existen casi mil 400 órdenes de detención migratoria sin ejecución.
Sin embargo, el gobernador Stein afirmó que “la vasta mayoría” de los detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no tienen antecedentes criminales.
“Si saben que tenemos criminales violentos en Charlotte que son indocumentados, los queremos fuera también. Todos quieren estar seguros, pero las acciones de demasiados agentes federales están haciendo exactamente lo opuesto”, declaró en un video dirigido a la población.
Pide grabar abusos y mantener protestas pacíficas
Tras un fin de semana de protestas contra la presencia de ICE y CBP —similar a lo ocurrido en Los Ángeles, Chicago y Portland—, Stein pidió a la ciudadanía grabar con sus teléfonos cualquier abuso por parte de agentes federales y manifestarse de manera pacífica.
En redes sociales se viralizó el caso de Willy Aceituno, ciudadano estadounidense nacido en Honduras, quien denunció que agentes rompieron la ventana de su auto y lo arrojaron al suelo pese a contar con documentos válidos.
El DHS respondió acusándolo de “comportamiento errático” para obstruir el operativo y sostuvo que un agente resultó herido en University City cuando un ciudadano chocó su vehículo contra una unidad federal.
Antecedentes de operativos federales
Antes de Charlotte, agentes fronterizos ya habían encabezado redadas a gran escala en Los Ángeles, en junio, y en Chicago, en septiembre, como parte de las ofensivas migratorias ordenadas por la Casa Blanca.
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El despliegue en Carolina del Norte continúa activo mientras organizaciones civiles denuncian temor generalizado y un incremento de detenciones aleatorias en la vía pública.



