La escalada del conflicto entre Irán y Estados Unidos ha alcanzado un nuevo punto crítico. Este domingo, el Parlamento iraní ha recomendado formalmente el cierre del Estrecho de Ormuz, una de las rutas marítimas más estratégicas del mundo para el comercio de petróleo, como respuesta directa al ataque estadounidense contra instalaciones nucleares iraníes.
El general Esmaeil Kousari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento, confirmó a la radio y televisión estatal que la cámara ha alcanzado un consenso sobre la necesidad de cerrar el Estrecho, aunque aclaró que la decisión final corresponde al Consejo Supremo de Seguridad Nacional y, en última instancia, al Líder Supremo, el Ayatolá Alí Jamenei.
El Estrecho en la mira: el epicentro del crudo global
El Estrecho de Ormuz es una arteria vital para el mercado energético global, ya que aproximadamente el 20% del petróleo mundial pasa por sus aguas. Irán, como productor de 3.3 millones de barriles diarios y exportador de 1.7 millones, tiene una posición clave en esta región, lo que convierte su amenaza en un golpe potencial al corazón del suministro global.
El temor a una interrupción ha sido advertido por expertos como Warren Patterson, estratega de materias primas en ING Research, quien indicó recientemente que una escalada en la región podría provocar una crisis energética:
“Una interrupción significativa de estos flujos sería suficiente para impulsar los precios del petróleo a 120 dólares por barril. Y si persiste hacia fin de año, podríamos ver al Brent superando los 150 dólares, como ocurrió en 2008”.
Washington busca aliados y minimiza impacto interno
En respuesta a la amenaza, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, pidió públicamente a China que intervenga ante Irán para evitar el cierre.
“Animo al Gobierno chino en Pekín a que se ponga en contacto con Irán al respecto, ya que dependen en gran medida del Estrecho de Ormuz para su petróleo”, declaró Rubio en entrevista con Fox News.
China, como uno de los mayores compradores de petróleo iraní a bajo costo, podría tener un papel decisivo como interlocutor en este conflicto.
Rubio también lanzó una advertencia directa a Teherán:
“Sería otro terrible error si así lo deciden, un suicidio económico para ellos”.
El funcionario estadounidense aseguró que el cierre tendría más consecuencias negativas para Irán que para Washington, y sostuvo que Estados Unidos cuenta con opciones estratégicas para mitigar el impacto.
Una amenaza que podría paralizar la economía global
El solo anuncio de esta recomendación ha generado inquietud en los mercados internacionales, ante la posibilidad real de que la crisis geopolítica derive en un bloqueo energético global. Analistas coinciden en que cualquier alteración en el tránsito por Ormuz no solo dispararía los precios del petróleo, sino que también provocaría turbulencias financieras y una presión inflacionaria a nivel global.
Lee también: Rusia responde a ataque de EEUU sobre instalaciones nucleares de Irán
Por ahora, el mundo mantiene la mirada fija en Teherán, a la espera de si el Ayatolá Jamenei hará efectiva una medida que, de concretarse, podría marcar un punto de no retorno en la crisis de Medio Oriente.