Con un sonoro silbatazo, el espectáculo de Efrén Reyes Flores, cuyo torso y rostro pintados de cromo resplandecen con la luz del sol, da inicio en el cruce del bulevar Obregón y la calle Pino Suárez, en Hermosillo.
El malabarista toluquense de 46 años prende fuego a sus tres mazas y las lanza al aire para atraparlas sucesivamente, hazaña que le vale algunos pesos de los automovilistas que detenidos por la luz roja del semáforo.
“Esto surgió de un compañero mío que me enseñó a hacer malabares y a pintarme así en la Ciudad de México”, expuso, “lo que más me gusta de este trabajo es la actitud de la gente, no monetariamente tal vez, pero la sonrisa de un niño, el ‘hey, felicidades, lo hiciste muy bien’ también es muy grato para uno porque es cuando uno le echa un poco más de ganas”.
La vida de Efrén en los cruceros comenzó por casualidad luego de ser despedido de un trabajo, razón por la cual decidió dedicarse de lleno a los malabares.
Señaló que, aunque le gusta viajar, tiene familia que espera por él en Puerto Peñasco y por lo tanto se esfuerza lo posible por apoyarlos con su talento callejero.
Sin embargo, siendo un cristiano apostólico devoto, Efrén no puede evitar agradecer al creador por la extraordinaria vida que le ha permitido vivir, así como por la fortaleza que lo hizo salir de los momentos difíciles.
“El señor me salvó del alcoholismo, drogadicción y todo eso, entonces ahora soy una nueva criatura, sí, trabajo en un semáforo, voy a muchos lados pero ya no comparto lo mismo con eso (los vicios) como lo solía hacer varios años atrás, entonces ahora cuando decidí recibir a Cristo en mi corazón realmente y buscarlo, fue algo muy grande para mí”, expresó.
El malabarista reveló que, en un principio, fue una impresión para sus hijos mayores el verlo caracterizado como un hombre de hojalata, sin embargo, ahora, e incluso uno de sus hijos sale con él para llevar a cabo espectáculos.

Sus niños menores, sin embargo, le piden que se quede con ellos en Puerto Peñasco, razón por la cual Efrén considera dejar los malabares por completo, por lo que estas son potencialmente sus últimas presentaciones.
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“Ya les dije a mis hijos: ahora que venga, me voy a quedar con ustedes ya ahora sí y primeramente Dios, aquí me quedo”, mencionó.
