Hace un par de semanas, acudió a mi Oficina una mujer en busca de asesoramiento jurídico para denunciar un hecho violento. Como a muchas mujeres que acuden a mí víctimas de violencia, le recomendé acudir al Centro de Justicia para las Mujeres por ser un lugar donde, de forma completamente gratuita, te asesoran y te acompañan en el proceso penal. Así, esa institución Sonorense ha sido clave para atender a féminas víctimas de violencia pues les brindan atención médica, asesoría legal y apoyo psicológico de forma gratuita y rápida. Sin embargo, no existe un espacio similar para hombres que sufren violencia en la Entidad; circunstancia que los coloca en una situación de vulnerabilidad.
Por ello, crear un Centro de Justicia para los Hombres en Sonora resulta ser una imperiosa necesidad para garantizar un trato igualitario ante la ley y evitar así una desatención hacia una parte de la sociedad que requiere apoyo. No lo digo yo, las cifran demuestran que la violencia familiar o de género no solo afecta a mujeres: el INEGI, registró en 2022, 2.5 millones de hombres víctimas de violencia en el hogar; el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó que en 2023, el 12.3% de las denuncias por violencia familiar en Sonora, fueron presentadas por hombres y se estima que las cifras para este 2025 tenga un considerable incremento. A pesar de ello, en Sonora no hay un lugar especializado que atienda a los varones en este tipo de problemáticas.
Otros estados ya han detectado esta necesidad de apoyar a los masculinos: Jalisco inauguró en 2021 el primer Centro de Justicia para Hombres. Nuevo León hizo lo propio en 2022. Por tanto, la falta de un Centro de Justicia para los Hombres en Sonora, crea una barrera de acceso a la justicia; Mientras que las mujeres cuentan con una institución que les brinda apoyo integral, los hombres víctimas de violencia deben enfrentarse a procesos burocráticos lentos y una falta de sensibilización de las autoridades. De allí que se torne indispensable la creación de un lugar en el que, de la misma forma en que se ayuda a la mujer, se apoye al hombre cuando sea víctima de sucesos delictivos. Pensar que los masculinos no requieren ayuda, sería aplicar un pensamiento estigmatizado e insensible.
Entonces, si la violencia no distingue género, la justicia tampoco debería hacerlo. De allí que para evitar una diferenciación entre el trato que recibe el Hombre contra aquel que se brinda a la mujer por parte del Estado, considero prioritario estabilizar la balanza y crear el primer lugar de asistencia para el genero masculino en Sonora. De esta forma se podrá garantizar una impartición de justicia equitativa, recordando que no se trata de quitarle apoyo a nadie, sino de asegurar que nadie se quede sin él.