Los bomberos que combaten los incendios en California se enfrentan a una nueva amenaza, ante el surgimiento de otros más al sur del estado.
Más de 4 mil efectivos participan en la extensa operación por aire y tierra que inlcuye helicópteros y otras aeronaves, además de decenas de camiones y vehículos para apagar el fuego que arde en las colinas de Castaic, a unos 60 kilómetros de Los Ángeles.
Más de 30 mil personas recibieron la orden de evacuación, en las que se incluyen personal y reclusos de cárceles, estudiantes y maestros en escuelas y población en suburbios.
Estos se suman a las decenas de miles de desplazadas por los enormes incendios forestales de las últimas dos semanas en esta región de la costa oeste de Estados Unidos.
El incendio Hughes consumió más de 4 mil hectáreas desde que comenzó en la mañana del miércoles, y las autoridades afirman que consiguieron ralentizar su avance explosivo de la primeras horas.
Los bomberos cuantificaron un 14% de contención del infierno avivado por las fuertes ráfagas de viento que soplan en la región. Bryan Lewis, del Servicio Nacional de Meteorología, advirtió que ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora se registrarán este jueves.
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Pero en conversación con la AFP, dijo que hay buenas noticias en el horizonte. ‘Esperamos que esos vientos disminuyan mañana, al final de la mañana, en la tarde, el viento debe mejorar’.
‘Sin embargo las condiciones supersecas persisten, con índices de humedad principalmente de un sólo dígito en la mayor parte del área’, acotó, y describió las condiciones como ‘aún peligrosas’.
Con información de DW.