Beto es uno de los perros que forma parte de Etograma, un programa que brinda acompañamiento psicológico con la intervención de animales. Además, Beto se convirtió en el primer perro en dejar su huella en un documento oficial al acompañar a un niño durante una declaración en el Centro de Atención a Víctimas del Delito, de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJES).
Miriam Jiménez, encargada de Etograma, explicó en entrevista con Proyecto Puente que una de las principales áreas de trabajo de su programa es el Centro de Atención a Víctimas del Delito, ubicado en el Centro de Justicia para las Mujeres de Sonora. Allí, el acompañamiento de los perros se ofrece como apoyo psicológico a niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de delitos sexuales.
En este contexto, los perros tienen un papel importante al brindar seguridad y confianza a los menores que se sienten inseguros o no preparados para declarar. Miriam compartió una anécdota de Beto, quien acompañó a un niño durante una diligencia.
El perro, vestido con un traje de superhéroe, logró transmitir al pequeño una sensación de calma y respaldo emocional. Durante el proceso, el Ministerio Público solicitó que Beto dejara su huella en el acta de la declaración, convirtiéndose en el primer perro en realizar esta acción en Hermosillo.
“Hay una anécdota con Beto…Beto hizo su acompañamiento, tiene su traje de superman y la del ministerio público hizo que Beto pusiera su huella en el acta, en la declaración que queda escrita, entonces está el registro del primer perro que también pone una huella en una declaración, en una diligencia escrita”