– Por fin, ¿qué es el pueblo maestro-, me pregunta una discípula de Teoría del Estado.
– Tienes toda la razón –le contesto- y yo mismo me cuestiono ¿por qué y hasta cuándo seguiremos usando y/o abusando del concepto de PUEBLO?
Te explico: En el apartado DE LA SOBERANÍA NACIONAL Y DE LA FORMA DE GOBIERNO de la Constitución política, dispone su “Artículo 39.- La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el PUEBLO. Todo poder público dimana del PUEBLO y se instituye para beneficio de éste. El PUEBLO tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”
“La mañanera del PUEBLO” bautiza, la presidenta de la República Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, a su ejercicio de comunicación “circular”, onerosa y exitosamente heredada por el ex presidente AMLO.
Se repite la frase atribuida a Benito Juárez: “No puede haber Gobierno rico, con PUEBLO pobre”.
La presidenta firmó la reforma energética lanzada por López Obrador: “Es una reforma que en una parte muy importante le devuelve al PUEBLO… las empresas que siempre fueron del PUEBLO de México y que en el 2013 se privatizaron…”.
¿Por qué no damos un repaso a este concepto tan poliédrico, de raíces en la Sociología, Ciencia Política y Filosofía y Ciencia del Derecho, leyendo uno de tantos estudios al respecto? Y ya después podríamos responder a dos de las preguntas torales al final de este breve texto.
https://journals.openedition.org/mcv/9699
– Listo profesor, qué reveladora lectura, interesante y oportuna. ¿Y ahora?
– Ahora, estamos en una inédita coyuntura jurídico política. Recordemos el decreto del presidente Zedillo de 1994 que desapareció a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pensionó generosamente a sus 21 ex ministros, se designaron otros 11 y a 6 consejeros de la judicatura. Sea la que fuere la resolución de la actual Suprema Corte de Justicia de la Nación inmersos en un notorio conflicto de interés sea dicho, sobre la constitucional reforma judicial, ¿ha contado y resuelto sus necesidades ancestrales, el PUEBLO raso de a pie, con la SCJN? ¿A quién apoyará la mayoría de ese PUEBLO?
–¿Por ejemplo, maestro?
– Por ejemplo porque, sobre todo su cabeza, la SCJN (no tanto los escalones inferiores de su pirámide) que, a mi juicio, adolece de proverbial corrupción, por decisiones y por omisiones: especialmente de los inusitados sueldos, privilegios y pensiones vitalicias de sus ex ministros, concesión de libertades a narcotraficantes y amparos para evitar su extradición a USA (de ahí la crisis sin control en Sinaloa) y su protección a deudores fiscales como a Ricardo Salinas Pliego; y omisión en casos vulnerables sociales; no recuerdo ninguna resolución que ampare y proteja a indígenas, a campesinos, a obreros, a presos sin sentencia, a deudores de la banca, a las familias de los 49 bebés de la Guardería ABC.
En cuanto a la mayoría, no me refiero a la mayoría oficialista de la cámara de diputados federal (introduciendo una Supremacía constitucional), son ciertamente sus representantes por la vía electoral del pasado 2 de junio.
Tampoco me refiero a la opinión expresada, una libremente, otra por grupos de interés inmoral, en los medios corporativos o en algunas tóxicas redes sociales.
Me refiero a esos millones de personas que, sea en nuestras casas o en la calle -electores o no-, constituimos una masa amorfa, variopinta, heterogénea, diferente -a veces contraria- desde las ciudades de los 3,180 km. de frontera de Baja California hasta Coahuila, cicatriz de la patria, cruzando los 1.973 millones km² de nuestro “cuerno de la abundancia”, hasta las históricamente subdesarrolladas comunidades del sureste.
¡Este es el punto!
Para cuando se publique esta colaboración estaré fuera del País por tres semanas.
-¿Mensaje final?, usted es inspiración para muchos de sus alumnos- Seamos mexicanos bien nacidos y, blandiendo nuestras diferencias ideológicas y políticas ante el acoso de embajador de USA y el eventual triunfo del supremacista Donald Trump, apoyemos a quienes democráticamente nos representan y postulan modificar pacíficamente la forma de gobierno del País y a las instituciones de sus tres órdenes.