Un deseo excesivo es una forma de desesperación y, por tanto, una declaración manifiesta de que algo nos hace falta, asegura el escritor internacional y activista social, Bryant McGill.
Pues justamente desesperación es lo que mostraron esta semana legisladores de MORENA y aliados, al intentar hacer chapuza o trampa en la redacción del dictamen que se sometería a votación del peno de la Cámara de Diputados para crear el Fondo de Pensiones para el Bienestar, y donde pretenden hacerse de 40 mil millones de pesos en ahorros de las Afores.
Al leerlo, los diputados del PAN detectaron que se había eliminado del dictamen aprobado el párrafo donde se señalaba que los recursos de las Afores que serían transferidos al Fondo serían solamente los de las cuentas inactivas.
La pifia no era menor, pues esa omisión significaba que todas las cuentas de las Afores de personas mayores de 70 años podrían ser confiscadas, independientemente de que siguieran activas o no.
Como es la costumbre, MORENA lo negó todo y su coordinador, Ignacio Mier, aseguró que el equipo técnico de la Comisión turnó a la Mesa Directiva el dictamen equivocado “sin dolo”.
Finalmente, el dictamen presentado erróneamente fue devuelto a la Comisión de Seguridad Social, para cotejarlo con el aprobado y seguramente esta reforma será votada la próxima semana, donde MORENA la puede aprobar por mayoría simple con la suma de sus aliados.
A pesar de haber fallado, el intento de esta trampa legislativa deja al descubierto el grado de desesperación y la prisa que tiene el Gobierno de la 4T por aprobar esta reforma en materia de pensiones y agandallarse 40 mil millones de pesos (y si se puede más) de cuentas privadas de Afores con 10 años de inactividad o de personas mayores de 70 años, que por cualquier motivo no han tramitado su pensión para el retiro.
El Gobierno insiste en que no se está expropiando esos recursos, pero la realidad es que está tomando recursos privados, de personas con nombre y apellido, para conformar un fondo común que será manejado directamente por funcionarios de la 4T. ¿Eso no es expropiación? Claro que sí.
A unas horas o días de que se apruebe dicha reforma, no se sabe qué tendrá que hacer una persona para recuperar su dinero si se reactiva después de 10 años de no ahorrar en su Afore, tampoco el camino que deberá seguir una persona mayor de 70 años si decide tramitar su retiro o los beneficiarios de una persona fallecida que dejó dinero en su cuenta.
Además, como se desconocen las reglas de operación del llamado Fondo de Pensiones para el Bienestar, es imposible saber a dónde irán a parar esos 40 mil millones de pesos, en qué pretenden usarlo, si usará para rescatar a Pemex o si se gastará en nuevas obras faraónicas o si se empleará para pagar los intereses de la enorme deuda que heredará esta administración.
Lo que sí queda más que claro es que el Gobierno tiene una enorme “sed” de recursos. Se gastaron los fondos de estabilización de los ingresos federales y de estados y municipios y se agandallaron miles de millones en fondos y fideicomisos como el del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN).
Además, este año solicitaron un endeudamiento histórico de 2 billones de pesos, el más alto solicitado en un fin de sexenio y para 2025, según los Precriterios Generales de Política Económica, ya se prevé un recorte al gasto de 500 mil millones de pesos, esto en caso de continuar el grupo gobernante.
En todo este contexto, las Afores representan una “apetitosa” caja de ahorro, con más de 6 billones de pesos en la totalidad de sus cuentas, a la que el Gobierno de la 4T ya le echó el ojo y por lo visto también desea clavarle los colmillos.
Por tanto, son varios los especialistas que ven esta reforma para crear el llamado Fondo de Pensiones para el Bienestar, como el arranque para que MORENA intente hacerse de todos los recursos ahorrados por millones de trabajadores en las Afores.
Y justamente el intento de chapuza en la Cámara de Diputados es la confirmación de la desesperación que hay en el Gobierno y MORENA por hacerse de lo que hoy más les hace falta: Dinero.
Dicen los clásicos que en política la forma, es fondo y si a base de engaños y trampas intentan hacerse de estos recursos, quién en su sano juicio cree que el Gobierno de la 4T hará un manejo pulcro y transparente de esos ahorros.
La única forma de parar esto es yendo a votar el próximo 2 de junio, dejando a los electores la última palabra.
Twitter: @gomezreyna