Aunque de manera formal la precampaña de la elección presidencial de 2024 empezó ayer 20 de noviembre, el proceso arrancó al margen de la ley electoral hace un año y cuatro meses. En julio de 2021, López Obrador destapó a sus corcholatas, cambiando el lenguaje de la sucesión, los tiempos y las formas del proceso, el más competido en la historia democrática nacional por los casi 22 mil cargos en disputa.
El tabasqueño apenas llevaba dos años y medio en su gobierno cuando el 5 de julio de ese año mencionó a los funcionarios de su gabinete que podrían encabezar el movimiento en la consolidación de la Cuarta Transformación, dicho de otra manera a su relevo en Palacio Nacional.
Desde entonces no dejó de hablarse de las corcholatas. Muchos se quedaron en el camino y sobrevivieron Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum. Otros surgieron en el camino por mención del propio mandatario como Adán Augusto López, quien llegó hasta el proceso interno con un resultado desastroso y Ricardo Monreal hizo su propia lucha para colarse en las encuestas aunque al final terminó vapuleado en gran medida por no gozar del respaldo total de López Obrador.
El término de corcholata tiene su origen como argumento central para dejar en el pasado la forma en que los presidentes de la República del PRI o PAN elegían a sus sucesores. A ese método se le llamaba el juego del tapado porque se cargaban los dados a la hora clave del proceso hacía la persona que el jefe del Ejecutivo quería dejar como sucesor.
Con el nuevo lenguaje, López Obrador construyó una historia para convencer de un proceso democrático en Morena para elegir candidato presidencial, pero no lo fue desde el momento mismo en que López Obrador metió en el ruedo a las corcholatas los nombres de funcionarios incondicionales, mismos a los que jubiló cuando quiso e integró de manera estratégica a otros.
Sólo uno pudo meterse por sus pistolas por el poder que ejercía en el Senado para cogobernar con la 4T. Lo necesitaban en Palacio Nacional para sacar leyes federales. Pero a Monreal, ya dijimos, le fue pésimo porque AMLO se encargó de comunicar que no era querido por él. En cambio, el presidente más popular de los últimos tiempos dedicó horas y horas en sus mañaneras a llevar de la mano a sus tres principales figuras y al final enfocar sus baterías en la que le gustaba para sucederlo, el segundo lugar hizo un escándalo.
Las corcholatas solo anticiparon las cosas, cambiaron el curso de las discusiones centrales en el país y motivó el mayor gasto histórico del que se tenga memoria en la ruta para elegir candidato.
La oposición conformada por PRI, PAN y PRD se durmió en sus laureles sí, pero también su descrédito los tuvo en estado de coma clínico, hasta que el propio López Obrador, prácticamente despertó a la coalición escogiendo a su candidata presidencial, misma que ya se empantanó y está muy lejos, de acuerdo a todas las encuestas divulgadas por todas las firmas que hacen estudios de opinión, de la aspirante presidencial de López Obrador.
Empezó la precampaña presidencial ayer, apareció un nuevo precandidato que en el arranque juntó a 25 mil personas en su natal Nuevo León, con características diferentes a sus opositoras, formas, lenguaje e ideas.
Ya se verá si la estrategia de López Obrador garantiza el triunfo presidencial con todo lo paralelo que se lleva a cabo entre las bases sociales de Morena, los programas de apoyo del gobierno. Sobre todo será importante descubrir cómo se comportarán los electores en los próximos seis meses en que habrán de ver hasta en la sopa a los suspirantes por los casi 70 millones de spots sin contar las promociones personales de sus equipos de comunicación.
UPPERCUT: Marcelo Ebrard encontró un espacio en el equipo de Clara Brugada para sumarse en su campaña al gobierno de la Ciudad de México. Aseguran en su equipo que la exalcaldesa de Iztapalapa ya habló con él y le pidió a una persona de toda su confianza para meterse al cuarto de guerra de la pre y la campaña. Brugada fue Procuradora Social con Marcelo cuando éste fue jefe de gobierno. Posteriormente Ebrard le ayudó con el rollo de Juanito para que asumiera el primer cargo de la entonces delegación Iztapalpa. El colaborador y oeprardor de Ebrard que estará con la precandidata es el iztapalapense Carlos Candelaria.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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