¿Qué ocupamos para educar a las nuevas generaciones?
En la actualidad nos encontramos con grandes avances tecnológicos y con mayores herramientas para vivir mejor.
Pero también cabe señalar que todos conocemos a una o varias personas que dicen “padecer” trastorno de ansiedad e hiperactividad, sin considerar que estamos conectados a un mundo saturado en excesos.
Impresionante cómo niños o niñas desde muy pequeños ya son objeto de estos diagnósticos, y a veces son las mismas maestras quienes deciden el diagnóstico, donde lo que podría estar sucediendo es que fueran ellas a quienes les faltan técnicas sobre disciplina.
Hay un caso que se expuso en una sesión de trabajo, acerca de una niña de sexto grado de primaria: la maestra citó a los padres para decirles que la niña tiene déficit de atención y les pidió la llevaran a realizar una evaluación psicológica.
Antes de iniciar cualquier evaluación hay que conocer el historial de la niña. Y en este caso, por la propia edad, está pasando el proceso de la pubertad entrando a la adolescencia y cuantas cosas se viven y enfrentan en estas etapas.
Esto, como en un tiempo fue el estrés y la depresión la moda, hoy los diagnósticos más generalizados han llegado hasta los niños.
Uno de los valores que Abraham Maslow menciona como un principio de la naturaleza del ser humano es la plenitud.
Pero ¿qué es la plenitud?, ¿cómo se consigue?
De entrada se puede decir que la plenitud humana es la búsqueda de trascendencia del desarrollo completo del potencial humano y de cada una de las capacidades que el individuo posee.
El camino para tal fin no es sencillo, ni fácil para el ser humano, y se requiere del aprendizaje no sólo de los pasos que se van dando, sino de una disposición plena y de la aplicación correcta de un método preciso.
En este sentido, el crecimiento al que somos sometidos como seres humanos en nuestra etapa de la niñez requiere la satisfacción de necesidades básicas de la psique, de la parte mental, como la de gozar de aceptación de sí mismo y de adquirir la seguridad necesaria para interactuar de una manera correcta con el mundo y las personas que le rodean.
Hay necesidades psicológicas básicas como la necesidad de pertenencia, afecto y amor, necesidad de estima o de autorrealización, donde las insatisfacciones de las mismas pueden generar un desajuste social y las patologías severas que le impiden al individuo la plenitud y la realización completa de sus objetivos.
Es importante señalar que, cuando la persona logra satisfacer estas necesidades, surgen en ella motivaciones más altas que lo empujan a mirar más alto, en las que todos sus potenciales y capacidades afloran al optimo grado de realización. Esto es: alcanzan metas y objetivos superiores que ayudan al ser humano a ocupar un lugar digno en la vida y en la sociedad.
Por lo tanto, se requiere poner atención a lo que estamos haciendo hoy con nosotros mismos y con las generaciones relevos, si eso nos acerca o aleja al logro y alcance de estas metas y objetivos superiores.
¿Que futuro nos espera con una humanidad que en sus primeras etapas de su vida no sale de los diagnósticos y hasta de la medicación?