En medio de la presión ejercida por la sociedad civil y los padres de los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa, que denunciaron la reedición de la Verdad Histórica de Peña Nieto en el actual gobierno, Alejandro Encinas se puso a patear el bote para distraer la atención pública en el día dos en que se cumplen nueve años de la noche trágica de Iguala.
Ante la falta de resultados al no poder cumplir el compromiso del presidente López Obrador de dar con los verdaderos responsables de las desapariciones forzadas y resolver en dónde están los muchachos, al subsecretario de Gobernación se le ocurrió ponerse a hacer grilla con una desgracia, la más deleznable en los últimos 40 años, justo cuando está el proceso de elección interna en Morena al decir medias verdades sobre el caso y los implicados.
Dijo que Omar García Harfuch sí participó en las reuniones donde se preparaba la Verdad Histórica, pero el exjefe de la policía capitalina ya le contestó diciendo que participó en reuniones de líneas de acción para buscar a los alumnos de la Normal, no para abordar temas de investigación porque era integrante de la División de la Gendarmería de la Policía Federal y no Coordinador Estatal de Guerrero.
Llevaban chanfle las declaraciones de Encinas sobre el caso para quitarse de encima los reflectores y de paso intentar perjudicar y/o ayudar a alguien de los que juegan en la interna por la precandidatura de Morena para la Jefatura de la Ciudad de México. Y a todo esto ¿Cuándo sabremos dónde están los estudiantes?
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Las comilonas de Hacienda
Todavía no llegan a la Cámara de Diputados las aclaraciones de parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para explicar qué come día a día el titular de la dependencia Rogelio Ramírez de la O, quien en la Mesa Directiva de Palacio Legislativo de San Lázaro mientras comparecencia para defender su paquete presupuestal y del gobierno federal 2024, fue cuestionado.
Es que el diputado de oposición Hector Téllez detectó una bolsa “sui géneris” entre los gastos cotidianos del secretario o una partida de 18 millones en alimentos para la oficina del titular de Hacienda, es decir, 50 mil pesos diarios para que coma y beba.
Cómo olvidar los primeros días de gobierno de la 4T en los que funcionarios y legisladores llegaban a los recintos de trabajo con sus moldes de Tupperware o sincronizadas envueltas en papel aluminio, pero ya sólo el recuerdo mediático queda: los privilegios aún no han terminado. ¡Salud!
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Uppercut: Ya salió el peine de la renuncia de Jorge Carlos Ramírez Marín al PRI para pasarse al PVEM y no tiene nada que ver con su defensa de las abejas, sino con sus aspiraciones políticas: va con todo por la alcaldía de Mérida y lo va a cobijar el dream team de Morena. ¡Bomba!
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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