Los cadáveres de cinco personas desnudas y con visibles huellas de violencia fueron abandonados en un vehículo en las inmediaciones de la colonia Braulio Maldonado, en Tecate, Baja California, la tarde del 5 de agosto.
Fue alrededor de las 15:00 horas cuando reportaron a la central de emergencias que en la calle Jalisco de la citada colonia, se encontraba una camioneta tipo panel Chevrolet Astro, color rojo con gris, con placas de 6CUN279 de la cual se desprendía un olor fétido.
Luego de que agentes municipales inspeccionaran la unidad, se percataron de que en el interior se encontraban cinco personas decapitadas.
Información obtenida por ZETA refiere que junto a los cuerpos fue dejado un narcomensaje que decía: “Sigan mandando puro pendejos de estos Jesus Alfonso Trapero Ibarra alias el Trapero A.E.T.C.D.S. ni todos juntos pueden maricones”.
A la escena del crimen, arribaron elementos de la Fiscalía a quienes les compete realizar la investigación.
Contingente de 300 del Ejército y 50 de la GN arriban a Tijuana
El pasado 14 de agosto, con cientos de militares y policías patrullando las calles, la ciudad de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos, buscaba retornar a la normalidad tras ser alcanzada por una ola de violencia que ha golpeado a varias urbes del centro y norte de México.
Las principales vías de la ciudad fronteriza tenían antes escasa presencia de transeúntes, vehículos particulares y transportes públicos, y algunos comercios volvieron abrir.
Tras los recurrentes eventos violentos, donde presuntos integrantes de bandas delictivas y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) incendiaron una veintena de vehículos en las localidades fronterizas de Tijuana, Mexicali, Rosarito, Tecate y Ensenada, el transporte público se retiró de las calles y muchos comercios cerraron.
Para hacer frente a la ola de violencia en el estado de Baja California, el Gobierno envió a Tijuana un contingente de 300 elementos de las fuerzas especiales del Ejército y 50 guardias nacionales, dijo a The Associated Press el Comisario de la Guardia Nacional en la entidad, Jorge Enrique Martínez Medina.
“La seguridad se ha recuperado”, afirmó Martínez Medina, y agregó que las fuerzas de seguridad militares y civiles y demás autoridades de Baja California acordaron una serie de acciones para “reestablecer y mantener la paz social”.
Entre los pocos comerciantes de Tijuana que se atrevieron a salir a trabajar estaba Marco Antonio Villavicencio, propietario de un pequeño local de platos típicos mexicanos, quien expresó que decidió abrir “por la necesidad de trabajar, pues aquí vivimos con el pan de cada día”, pero admitió que sentía que su vida estaba en riesgo.
Con información de Jorge Lebrija