Por Juan A. Lozano
Cleveland, Texas, EU, 30 de abril (AP) — Policías iban casa por casa el domingo buscando pistas sobre un hombre armado que huyó después de matar a cinco personas en un pueblo de Texas después de que sus vecinos le pidieron que dejara de disparar en su jardín.
El presunto agresor, Francisco Oropeza, de 38 años, al parecer está armado y se considera peligroso después de huir de la zona el viernes, probablemente a pie, informó el sábado el jefe de policía del condado San Jacinto, Greg Capers. Agregó que las autoridades habían ampliado el radio de búsqueda a 32 kilómetros (20 millas) desde el lugar del suceso.
Los investigadores encontraron ropa y un celular cuando buscaban en una zona rural que incluía bosques densos, pero los perros perdieron el rastro, dijo Capers.
La policía logró identificar a Oropeza gracias a una identificación que emiten las autoridades mexicanas a los mexicanos que residen fuera del país, así como al video de la cámara del timbre. La policía también interrogó a la esposa del sospechoso, agregó.
La policía recuperó el AR-15 que supuestamente utilizó Oropeza en los tiroteos, aunque las autoridades no estaban seguras de si llevaba otra arma, indicó el jefe de policía. Había otras armas en la casa del sospechoso, agregó. “Ahora podría estar en cualquier parte”, comentó Carpers el sábado.
El ataque ocurrió cerca de Cleveland, al norte de Houston, en una calle en que, de acuerdo con algunos residentes, no es inusual escuchar que los vecinos disparen armas de fuego.
Estaba mucho más tranquilo el domingo. La cinta policial había sido removida de alrededor de la casa de las víctimas, donde había cuatro hoyos de bala en la puerta principal. El agente y los oficiales se negaron a comentar sobre sus actividades.
Mientras los policías hablaban con los residentes de una casa, una camioneta roja que remolcaba una casa rodante atravesó el vecindario. Un policía detuvo a la camioneta y le pregunto al conductor, “¿Te importa si echo un ojo al interior de la camioneta?”.
El conductor accedió y permitió que el policía entrara al vehículo. Después de inspeccionar la casa rodante, el policía le permitió al conductor seguir su camino.
Capers señaló que las víctimas tenían entre 8 y 31 años y que se cree que todos eran hondureños. A todos les dispararon “del cuello para arriba”, señaló.