“A nadie le faltan fuerzas, lo que a muchos les falta es voluntad”
Seguramente este año se empezó con muchas ganas de hacer cosas. Después de transitar un par de años de incertidumbre, miedos, entre otras emociones mas; finalmente, este año inicia mas tranquilo, donde la mayoría la pasó en convivencia familiar.
El cierre de año genera motivación, pasión, gusto y muchas emociones más; donde aunado a la fiesta navideña y la despedida de un año mas, seguramente también se inicia con un incremento en deudas que pagar.
Lo que en algunas ocasiones nos complica un poquito arrancar con la misma emoción vivida en el momento planeado.
Ahora bien, ya terminó el primer mes, ¿cómo vamos con las metas? ¿Qué tanto hemos logrado de lo que nos propusimos? ¿Siguen en pie los propósitos? o ¿ya desaparecieron algunos?
El no continuar con los propósitos, puede llegar a generar en la persona estados de tristeza, desánimo y hasta frustración; ya que no deja de ser un pendiente, aún cuando lo tratemos de mantener como algo que ya paso. Si lo pensaste, lo querías y lo puedes hacer.
Pero, ¿que te impidió cumplir con tus metas? ¿eran irreales? ¿eran objetivas?
De pronto la emoción puede llevar a las personas a ponerse metas muy elevadas y sentirse mal por no alcanzarlas, lo que disminuye su potencial para hacer.
Por lo que todo lo planeado, depende de cada quien, de las ganas y voluntad que le ponga a la acción, del orden con el cual se aplique. Por lo que, una ves revisado y enfocado en sus propósitos, ya verás que si se puede.
Además, nos quedan 11 meses y si lo ponemos en días, pues nos queda mucho más.
Hay una frase que vale la pena citar aquí:
“la vida se trata de remar, no solo de mantenerse a flote”