A partir del año 2018 se empezó a conmemorar el 29 de noviembre, el Día Internacional del Jaguar, una fecha que busca realzar está especie icónica de las Américas y el importante rol que desempeña contribuyendo a mantener el equilibrio en los ecosistemas.
El jaguar es uno de los cinco felinos más grandes en el mundo y el más grande en América, además, está en la cúspide de la cadena trófica, siendo el mayor depredador terrestre de América. Puede llegar a pesar más de 100 kilos y su longevidad es de 10 a 12 años.
El hábitat de los jaguares es en los bosques tropicales densos, bosques lluviosos y espinosos, bosques de montaña, de pino-encino, tropicales perennifolios, caducifolios y subcaducifolios, así como zonas pantanosas y manglares.
Otro dato peculiar de esta maravillosa especie es que son nocturnos, pues raras vez salen durante el día. Son solitarios y territoriales, gustan de echarse en el agua e incluso bucean y nadan con gran habilidad.
Los jaguares enfrentan una serie de amenazas, entre estas, la fragmentación del hábitat y la matanza ilegal, así como las altas tasas de deforestación que son utilizadas para cubrir nuestras demandas de consumo.
Según un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, muestra que el jaguar está en mayor peligro de extinción, se estima que existen 34 subpoblaciones de la especie desde el norte de México hasta Argentina, de las cuales 33 están en peligro.
Las poblaciones de esta especie que se encuentran mejor conservadas, se encuentran en la península de Yucatán, Oaxaca y Chiapas, con alrededor de mil 800 ejemplares. En Sonora y Sinaloa podría haber alrededor de 400; en la costa media del Pacífico, en Nayarit, Jalisco y Colima, aproximadamente 300; y de Michoacán a Chiapas, 650.
El jaguar es importante en su rol ecológico, ya que es un depredador y ayuda a regular las poblaciones de los animales que le sirven de alimento, evitando que algunas especies herbívoras se vuelvan numerosas, lo que influiría en la dinámica y estructura de los ecosistemas donde estos habitan.
Lo anterior quiere decir, que cuando la población de los jaguares está estable, no existe invasión de roedores ni de víboras. Como ven, la conservación de esta especie es crucial para el mantenimiento de los sistemas ecológicos, pues de ellos depende el correcto funcionamiento de la cadena alimenticia.
¡Cuidemos y respetemos a los jaguares!
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C