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viernes, octubre 11, 2024

Las adicciones y salud mental deben tratarse también desde la alimentación, el deporte y la meditación: Casa Mispah

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Hermosillo, Sonora.- Meditar frente al mar, hacer ejercicio en la orilla de la playa, comer a la mesa como una familia. Todo esto es posible en Casa Mispah, gracias a la integración de diversas disciplinas para tratar una adicción.

En Casa Mispah le apuestan al deporte, a la meditación, a la convivencia y a la nutrición, entre otras, como áreas totalmente necesarias en el proceso de rehabilitación del paciente.

Además de las terapias y el tratamiento clínico, en este lugar importa la recuperación también espiritual, del lado humano, de las emociones, dando la oportunidad al paciente de realizar actividades que le gustan, que le hacen bien.

Una de ellas es la práctica de yoga y pilates, instruida por la maestra Anabel Arámburo, quien resaltó la importancia de que este tipo de ejercicios sean tomados en cuenta para la recuperación, por su impacto en el ánimo, en la liberación de la mente y las estimulaciones físicas.

La relajación, respiración y conexión entre el aspecto espiritual y el físico impactan de manera positiva, contribuyendo a tener un momento de paz y de autoconocimiento.

Otra de las actividades favoritas es el deporte, y con el apoyo del preparador físico José Alán Herrera García pueden salir y correr por la arena, sentir la brisa del mar, disfrutar del atardecer ejercitándose y, además, han tenido la oportunidad de viajar y participar en algunas competencias, como maratones.

“Yo trabajo con un plan elaborado para ellos, los llevo a la playa, a distancias, subidas, escaleras, nos vamos al faro, entonces de distintas formas yo voy trazando la preparación que ellos requieren.

No meto mucha carga ni los estoy presionando, debido a las emociones que ellos también ejecutan en su momento”.

Compartió que “manejar todo ese tipo de cosas es de mucha exigencia para cualquier preparador físico, pero la felicitación es para ellos, el superar ese nivel de sedentarismo que ellos llevan desde hace mucho tiempo”.

La nutrición es otro de los aspectos que más se cuidan en Casa Mispah, y es que al tratarse de planes personalizados para cada paciente, se procura que los alimentos que consuman sean los adecuados, sobre todo si se trata de un residente con problemas que han producido otros padecimientos como la desnutrición.

“Por ejemplo en los alcohólicos es muy importante la nutrición porque casi siempre llegan en desnutrición y esa persona tiene que volver a comer los nutrientes que había perdido, porque el alcohol hace que no los absorba correctamente.

Los adictos, por lo regular, también llegan muy altos de peso y se les tiene que poner en un peso saludable, mientras que en los trastornos alimenticios se les tiene que ir adaptando la comida”, compartió el nutriólogo Daniel Alberto Ureña Sigala.

En Casa Mispah, se procura que la mayoría de los trabajadores tengan conocimientos o estudios psicológicos para garantizar que puedan brindar una atención oportuna a los pacientes: desde el área administrativa hasta al área médica.

Nadia Rendón forma parte de la planta administrativa y durante ocho meses ha sido testigo del pasar de los pacientes, “me han enseñado más a mí de lo que yo a ellos”, compartió.

“En lo personal el tema de las adicciones me parece muy interesante, muy enriquecedor y creo que siempre puedes aprender algo de cada paciente y te deja su experiencia.

Cuando ellos terminan su proceso, le agradezco la experiencia que me regala, más de lo que yo le puedo aportar porque ellos enriquecen tu carrera, tu profesión, te regalan bastante si lo sabes aprovechar”.

Por otro lado, este lugar también le da la oportunidad a practicantes de universidades para que conozcan el campo laboral, que aprendan y aporten. Tal es el caso de la joven Abigail Velásquez Romo, quien actualmente estudia la Licenciatura en Psicología.

Lo que ha observado dentro de la institución Casa Mispah la ha llevado a buscar trabajar en este lugar al culminar sus estudios, al considerar que es un sitio en el que se trabaja de manera cercana, integral, espiritual y sobre todo respetuosa con los pacientes.

Es por todo lo anterior que Casa Mispah se describe a sí misma como una casa, como un hogar. En el hogar las personas pueden comer saludable y delicioso, pueden entretenerse, pueden tener momentos de meditación, de introspección y relajación.

A diferencia de otras clínicas, además, los pacientes pueden caminar libremente por toda la casa, pueden sentarse a leer, a compartir tiempo con un juego de mesa, pueden platicar con los trabajadores y sentirse, no solo pacientes, sino parte de una familia.

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