Hermosillo, Sonora.- Desde Moctezuma, Beatriz viaja a Hermosillo para acudir a los cementerios, deseando pronta resignación a quienes perdieron a alguien y los visitarán este 2 de noviembre, Día de Muertos.
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Beatriz Montaño González relató para Proyecto Puente que acude al Panteón Yáñez desde hace 48 años para visitar a su hijo, Manuel, a quién perdió cuando tenía 3 meses de embarazo.
La mujer de 78 años compartió que tras retirarle a su hijo de su vientre, la bendijeron con agua bendita, comprometiéndose a recordarlo y brindarle un descanso eterno.
“Mi esposo vino y lo enterró aquí, desde entonces estuvimos viniendo cada año, pero desde que él ya falleció, mi esposo, que era quién me traía, pues últimamente ya no puedo venir mucho, por eso ahora me trajo mi hija en camión”, externó.
Beatriz explicó que desde las restricciones por la pandemia de covid-19 no asistió a los cementerios de Hermosillo, pero en esta ocasión aprovechó desde el 31 de octubre al 2 de noviembre para visitar a sus familiares sepultados.
“Tenemos a mi madre en otro panteón y a mi esposo en otro, así que dije: ‘No, ahora, antes de que sea el día primero de noviembre tengo que visitar a mi niño, porque no lo he olvidado”, señaló.
La mujer expresó sentirse en paz cada que visita a sus difuntos, pues siempre tiene presente los mejores momentos compartidos con ellos.
“Siempre están presentes. Un hijo es un hijo, aunque yo lo haya perdido de tan poquito tiempo, pero él recibió el agua bendita”, mencionó.
“Cómo han pasado los años”
Beatriz está operada de la columna vertical y por ello atesora las viejas caminatas cuando recorrían los cementerios de Hermosillo ella y su esposo Manuel, quien falleció el 3 de diciembre en el 2013, pero aún sigue activa en estos días por su pareja y su hijo.
“Caminar tanto es cansado ya para mí, hacen falta los servicios de transporte, pues las veces que hay carro para el traslado uno tiene más comodidad para caminar aunque sea un poco ahí donde este la tumba, por qué pues una que aún puede caminar, como quiera cansada, pero puede, otras personas no”, apuntó.
La mujer recordó a su esposo como alguien que la llevaba a donde quisiera con tan solo pedirlo y la acompañaba a donde fuera. Precisó que Manuel está en el Panteón Betania y su madre en el de “Las Manitas”.
“Ponemos un altar grande, grande, bien grande, y ponemos a todos los familiares, a los vecinos y rezamos tres rosarios”, agregó.
Las condiciones de los cementerios
Beatriz dijo que desde hace dos años no visitaba Hermosillo y no sabía las condiciones en cómo estarían las tumbas y por lo menos, en el caso de la tumba de su hijo, había mucha maleza crecida y estaba descuidada.
“Le pintamos la tumba, la barrimos y le pusimos una cruz de flores y nomás, nos estuvimos un rato, en lo que limpiamos ahí y todo eso, trajimos más flores, no les compramos naturales porque se les secan y se les hace un reguero ahí y ya le ponemos una cruz y un angelito”, describió.
“Recogieron la basura en la entrada, donde más se ve, pero al fondo, en las orillas, están los montones todavía de basura y el zacate que no se puede sacar porque está muy duro, pero más o menos está limpio”, aseguró.
Vida y muerte
Beatriz considera que el Día de Muertos es una celebración con la que recordamos a los familiares, amistades, compañeros y conocidos, quienes fallecieron provocando un impacto, pero siempre se les recuerda
“Es convivir con sus recuerdos y revivir esos momentos, venir a visitarlos, limpiarles sus tumbas en el lugar que tienen en el cementerio, lo que es muy importante, porque hay muchos que están abandonados, porque ya no tienen familia o porque no podrán venir, pero están descuidadas”, mencionó.