Toda creación artística es un acto de libertad, y por este motivo, si un gobierno es incapaz de garantizar que el sector cultural tenga está garantía, el desarrollo artístico y creativo de una sociedad esta destinado al fracaso. En Sonora, la dirección de la institución de cultura del Estado, debido a conflictos personales con miembros de la comunidad cultural, ha llevado a este sector a la desgobernanza y a la generación de un ambiente hostil poco apto para que artista, creadores, gestores y periodistas culturales se expresen libremente.
Cuestionar con fundamentos, documentando cada afirmación con datos, se ha convertido en motivo de exclusión y de censura para los programas de una institución que debería ser de puertas abiertas y neutral. Las instituciones culturales deberían ser la parte del gobierno donde más dialogo con diferentes visiones del mundo y contraste de ideas debe haber, ser como Suiza. Desafortunadamente, en el gobierno de Alfonso Durazo, la institución de cultura parece Ucrania, llena de conflictos, divisiones y una dirección que, en lugar de poner la mesa para el intercambio de ideas, se aferra a las trincheras, llevando al terreno de los conflictos personales lo que se debe resolver con respuestas institucionales.
Describo el bélico escenario de la cultura en Sonora de la actualidad para hablar de Foto Septiembre, porque este programa institucional fue usado por esta administración para excluir a artistas visuales que han manifestado su descontento por el cierre del MUSAS, así como por la gestión de la dirección actual del ISC. Dentro de las actividades de Foto Septiembre se encuentra una muestra de fotográfica de artistas visuales sonorenses que se llevará al Centro de la Imagen en la Ciudad de México, pero que desafortunadamente su curatoría está afectada por la censura personal de la dirección del ISC. Entre los fotógrafos que participaran en la muestra destacan la ausencia de aquellos que firmaron la carta para pedir que el MUSAS regresé a ser un organismo público desconcentrado con independencia jurídica, administrativa y curatorial, algo que es imprescindible para que el museo de Sonora sea libre de la censura institucional que pueden ejercer funcionarios públicos demagogos y sobreideologizados. Entre estos fotógrafos se encuentra Miguel Fernández de Castro, quien con una carrera de talla internacional puede considerarse el artista visual más importante de Sonora, así como también quien escribe estas palabras y que desde 2019 a la fecha ha participado con exposiciones en Foto Sonora, ganando en el 2019 la categoría de “Fotografía Creativa” y en el 2021 el de “Producción Visual”, que es la más importante del certamen estatal.
Cuando le pregunté por estas ausencias a Octavio Avendaño, encargado de artes visuales en el ISC, su respuesta fue una disculpa que daba a entender que no le quedaba de otra. La censura desde la dirección del ISC no se basa en criterios de calidad de la obra o del contenido de esta, sino personales por las diferencias que se tienen. En pocas palabras, la directora del ISC usa los programas institucionales que son para promover el arte y a los artistas sonorenses como una herramienta para castigar o premiar a quienes muestren simpatía o la cuestionen.
La tragedia para la institución cultural del Estado es tan profunda como su ceguera y desmemoria, porque mientras presumen con bombo y platillo que en esta edición del festival de fotografía del Estado se regresa el nombre de Foto Septiembre, las autoridades no dicen que redujeron el monto y las categorías de los premios. De tres categorías de fotografía y una de cartel que tenía Foto Sonora, ahora en Foto Septiembre solamente tiene dos y con menos monto para los ganadores, con excepción del premio de “Fotografía Creativa”, pero que de manera general se perdió en lugar de ganarse.
Foto Septiembre no tiene mucho que celebrar en esta edición, se usó para excluir artistas visuales, perdió en categorías y premios, pero sobre todo, dejó de garantizar la libertad curatorial que necesita. Y esto es algo que a todos los miembros de la comunidad cultural nos debe de preocupar. El ISC es dirigido por una persona que se comporta como Nerón.