Columna Agenda Abierta
Esta semana se volvió a nacionalizar un mineral, que desde 1917 esta en poder y posesión de la Nación, el litio. También se ratificó lo que desde hace mas de 6 décadas está en la Constitución, que el estado pueda determinar no otorgar concesiones para la explotación de este y otros minerales.
Además, se volvió a mandar la señal de incertidumbre a los tenedores de las concesiones otorgadas por el Estado Mexicano, que pueden, como en el caso de los litigios de la industria eléctrica acudir a tribunales nacionales e internacionales y ganar , como ya ha ocurrido.
Como lo hemos señalado, lo que pudiera parecer como una patriótica iniciativa cargada con un valorado elemento de rescate nacionalista, se debe analizar detenidamente con algunos elementos adicionales de información.
Sabemos que existen tres tipos de yacimientos del litio en el mundo: los convencionales, los potenciales y los no convencionales, estos últimos referidos solo en la teoría, pues aún cuando se han señalado como una fuente de litio en salmueras petroleras o geotérmicas, no hay evidencia de que hayan sido explotadas en alguna parte del mundo.
Los yacimientos convencionales son los más rentables económicamente y se presentan en dos grandes tipos de depósitos clave, las salmueras continentales o salares de litio y en pegmatitas ricas en litio, cuya distribución global se estima 70 y 30 porciento, respectivamente.
En el caso de las pegmatitas se requiere de un trabajo previo de análisis, mediante el uso de índices geológicos en el proceso de exploración, para diferenciar las pegmatitas ricas en metales raros, los cuales elevan la rentabilidad de la veta, de aquellas pegmatitas de grano estéril que tienen un menor valor.
Australia, Chile y China representan el 85 % de la producción mundial seguido por 8 países, la experiencia de estos países nos dicta que para explorar y explotar un yacimiento de litio se requieren fundamentalmente de 3 cosas: condiciones geológicas adecuadas, tecnología y recursos para la inversión.
La producción de litio a partir de salmueras continentales, proviene de tres países: Chile, Argentina y Estados Unidos, mientras que la producción de pegmatitas deriva de cinco países: Australia, Zimbabue, Brasil, Canadá y Portugal; China es un caso especial donde la producción se obtiene de ambos tipos de yacimientos, además del liderazgo en tecnología de exploración y explotación.
Bolivia ocupa el primerísimo lugar en productores a futuro, con un potencial de 8.9 Mt de litio contenido, es decir 22% del total mundial, aunque en 36 años, desde que la NASA con trabajo satelital identificó el primer yacimiento boliviano, no ha producido un gramo de litio y no se sabe si van a llegar a producir en un futuro por la combinación de problemas económicos, financieros y políticos.
El nuevo modelo mexicano se asemeja al modelo boliviano con una visión de salvaguarda de la soberanía, por encima de privilegiar la eficiencia y productividad.
Será importante profundizar en el análisis de la información disponible, de frente al discurso del “petróleo del futuro”, como lo describe la exposición de motivos de los legisladores de Morena, o bien, revisar los reportes internacionales sobre las reservas del llamado “oro blanco” que coinciden con la declaración de la exsecretaría de economía, Graciela Márquez, quien en su momento descartó que el país posea uno de los mayores depósitos de litio del mundo, ya que los depósitos referidos tienen un “contenido muy bajo” del mineral.
Los analistas financieros cuestionan la determinación, no tanto por el patriótico valor del anuncio, sino con la duda de que el “nuevo petróleo” sea manejado por los funcionarios públicos, a través de una empresa paraestatal como la que maneja el “viejo petróleo” que solamente entre 2020 y 2021 ha acumulado pérdidas por más de 700 mil millones de pesos.
Moisés Gómez Reyna
@gomezreyna