La historia de la Ley 4 o Ley Beltrones en la UNISON, parte I

Hermosillo, Sonora.-  “Lo que digo está dentro del contexto histórico”, afirma Edgar Sallard, ex dirigente del Movimiento Estudiantil contra la Ley 4 en la Universidad de Sonora, mientras narra a detalle y por primera vez los acontecimientos vividos en 1991 tras reformarse la Constitución en materia de Educación.

El detonante del movimiento estudiantil fue que Manlio Fabio Beltrones, tras su llegada al Gobierno de Sonora y con el apoyo de un Congreso dominado por el PRI, adelantó la reforma del Artículo Tercero Constitucional que establecía garantías de gratuidad para la educación en todos los niveles y anuló la democracia en la Universidad de Sonora, destacó en entrevista con Proyecto Puente.

“La autonomía universitaria era una de las principales banderas de los académicos del País. Se buscaba que no se interviniera en la libertad de cátedra y por primera vez se vulnera el principio, los derechos democráticos, como la elección del rector. Eso fue lo que detonó el movimiento estudiantil”, recordó.

Tres años después, esta reforma se completa con la del presidente Carlos Salinas de Gortari y se homogeniza la eliminación de la gratuidad de la educación superior en México, describió.

Esta modificación de la Ley comprometió la educación de los jóvenes en Sonora: “Muchos estudiantes de la clase trabajadora ya no podían acceder a la Universidad”, lamentó. 

La política sobre la academia

“Una vez establecida la Ley 4, se impone una junta universitaria compuesta por personajes con prestigio académico que además eran políticos de la época; ya no era la comunidad universitaria quien elegía al rector, lo elegían 14 notables, como Gilberto Gutiérrez Quiroz, Moíses Canale y algunos académicos de la Ciudad de México“, mencionó.

Los universitarios pasaron de tener voz para la elección del rector, a ser vistos como parte del problema y fue ante esa imposición que salieron a las calles alrededor de 8 mil estudiantes para exigir libertades, debate y espacios en los medios de comunicación, indicó Edgar.

“A través de una huelga de hambre logramos un espacio de una hora diaria para debate entre alumnos y diputados que aprobaron la Ley 4 en el Congreso”.

Sallard recordó que la postura del rector de la Universidad de Sonora, Marco Antonio Valencia Arvizu, fue absorbida por el Estado y que jamás pudo volver a pisar las oficinas de la Rectoría.

Demandas y persecuciones 

La izquierda respaldó moral y políticamente el movimiento que luchaba contra la Ley 4 y tuvo atención a nivel nacional. El secretario de Gobierno, Roberto Sánchez Cerezo, ofrecía becas para estudiar en el Extranjero a los activistas y hay registro de detenciones a estudiantes que no aceptaron, “saliendo de las reuniones con él, eran arrestados”. Así se retrató la represión que abundaba en esos días, dijo.

Los principales participantes del movimiento fueron: Iván Barrios, de Ingeniería Civil; Juan José León Gamez, de Letras; María Luisa Rivera, de Economía; Norma Valle, de Comunicación; Santiago Luna, de Derecho; Joaquín Ibarra Picos, de Sociología; Juan De Dios Cáñez, de Derecho; Ernesto Pineda, de Ingeniería Civil; Carlos Mijares, de Física y Matemáticas, entre otros.

Ante este “caos y persecución”, los estudiantes se organizaron y formaron el Comité Estudiantil de la Universidad de Sonora que llegó hasta la Ciudad de México.

El auge del movimiento se vivió en el lapso de un año, donde el activismo estudiantil consiguió apoyo gracias al debate público, aunque los medios los vendieran con la imagen de estudiantes “fósiles”, testificó entre risas.

A continuación, dejamos la primera parte de la entrevista en nuestro canal de YouTube: