Algunas veces andamos por la vida sin darnos cuenta que estamos dejando ir grandes oportunidades
Hay otros momentos en que algo nos mueve y nos impulsa a salir en esa búsqueda, sin duda que son momentos que van marcándonos y vienen a ser parte importante.
Pero hay un aspecto que es necesario considerar para que el resultado sea mas completo e integrador: ser conscientes de la forma en que estamos percibiendo el mundo.
Porque la vida nos avisa, nos da señales, nos muestra el que, el como, el por donde es; pero ponemos muy poca atención o de plano no ponemos atención y pasan desapercibidos a nuestra existencia.
Incluso otras veces hasta todo lo contrario, ponemos resistencia, negándonos a aceptar y reconocer que puede ser una buena oportunidad.
¿Realmente estamos atentos a esas señales de la vida? o ¿estamos topados por nuestras creencias?, ¿por nuestras vivencias y los registros? ¿por la forma en que asimilamos nuestras experiencias? ¿por nuestros esquemas mentales que hemos generado?.
Así puede transcurrir nuestra vida, como un tren en movimiento donde vamos pasando por grandes paradas que representan un mundo de oportunidades que pudieron ser parte de un desarrollo, que pudieron habernos costado menos trabajo y esfuerzo de lo que nos pudiera estar costando hoy sacar adelante nuestra vida, nuestros proyectos, nuestras metas. Sentirnos mucho mejor.
Así que seamos observadores, estemos atentos a los mensajes de nuestra vida, a las señales. Aunque no lo creas alrededor tuyo, siempre hay señales que pueden estar representadas por personas, situaciones, sucesos, que pueden estar mostrándonos este camino de oportunidades.
Porque las cosas suceden y pasan por y para algo, hagamos pues que valga la pena. “Dejemos de esperar que las cosas sucedan, hagamos que sucedan”.