Columna Desde la Polis
Hace tiempo que Sonora no ve un gobierno con destellos de lucidez y de ambición importante por alcanzar un desarrollo integral que beneficie a las mayorías. Es increíble que sigamos añorando a una era que concluyó en 1985. ¿Realmente tan difícil así ha sido mantenerse ajenos a la cleptomanía y los complejos egocéntricos? Porque salvo un par de talentos realmente excepcionales, el gobierno del Dr. Ocaña fue integrado por gente común, con honestidad y ganas de trabajar. ¿Realmente es tan extraordinario poseer esas sencillas características? Los juicios históricos no pueden hacerse a rajatabla (por ello considero que el sexenio de Bours tuvo luces dignas de ser resaltadas) pero si revisamos los últimos 40 años… vaya que han estado complicadas las cosas para Sonora.
Antes de continuar, quiero recordar una anécdota alguna vez ya narrada en este espacio. Una de las más interesantes clases en la Escuela de Gobierno de Harvard es “El Arte y Oficio del Estadismo”; en dicha cátedra -impartida por un sacerdote que estudió el doctorado con Kissinger- se recorren los episodios más relevantes de figuras que cambiaron al mundo de los últimos dos siglos, cómo actuaron y en algunos casos cómo cayeron. Entre los personajes recuerdo a Bismarck, Hitler, Mao, DeGaulle, Johnson, Churchill. Al final del curso, los estudiantes debieron escribir un ensayo reflexionando sobre alguno de esos -u otros- personajes que manejaron magistralmente al poder. Pero ¿qué fácil resulta “hacer cosas” con inmenso poder, no? O por lo menos, es mucho más sencillo que intentar hacerlas sin él. ¿Qué tal de aquellas ocasiones cuando sin tenerlo… se logra lo improbable y se alcanzan los objetivos que se creían imposibles? Por eso hice mi ensayo sobre el General Cárdenas, de cómo gastó todo su capital político para generar un cambio de abajo hacia arriba y cómo es que aprovechó sin cobardías la coyuntura que la vida le planteó y logró la expropiación petrolera (frente al poder de los EEUU). Comparto la anécdota porque estoy en mis treintas y caray, cómo he visto gente que ha buscado sin cesar el poder y una vez que lo obtienen, son un fiasco; trátese de la presidencia, gubernaturas, diputaciones, senadurías, alcaldías, etc. ¿Para qué se busca entonces?
Volvamos a Sonora. Una vez más se renuevan los liderazgos en el poder. Importante aquí definir que realmente cambiarán sólo los mandos altos y medio-alto, pues el resto de la burocracia (que tiene mucho tiempo ahí) continuará, siendo uno de los grandes retos ver si el esperado buen ejemplo del liderazgo bastará para transformar una cultura de trabajo mejorable. En nuestro estado se pidió la confianza, se obtuvo el voto. El país en general atraviesa por un fenómeno ciertamente histórico por la inmensa concentración de poder en nuestro Presidente y la esperanza que genera en millones, de paso dándole la oportunidad de triunfo electoral a muchos que coinciden en el proyecto encabezado por el tabasqueño. Pero el poder presidencial, que básicamente provocó los triunfos electorales a nivel local en el país, hasta ahí llega; es decir, ahora le tocará a cada uno de los grupos electos, avanzar por su propia cuenta. Y así llegamos al caso concreto sonorense.
Durante los últimos diez años opté por no enrolarme en el gobierno, primero para poder aplicar en el campo, mis bases teóricas. Pero también tuvo un gran peso el escepticismo alrededor de la filosofía predominante de cómo ejercer el poder, los objetivos últimos, la visión. Simpaticé desde su Jefatura de Gobierno con López Obrador y me dio gusto que llegara a la presidencia. Claro que hay muchísimo espacio para mejorar (políticas de bienestar, sobre todo por aquello de primero los pobres) pero hay cambios de paradigma que se requerían y se están instaurando. Sin embargo, el verdadero proceso político se experimenta desde abajo, desde lo local. Con independencia de las frases prefabricadas y los slogans campañeros, había algo muy cierto: se necesita un Sonora que ya no sea sólo de unos cuantos. Evidentemente a esos cuantos los tiene muy molestos el pretendido statu quo, pero lo fundamental es que para la mayoría sin privilegios, no resulte haber más adelante otra nueva casta de unos cuantos. Se que no la habrá porque la entidad, con todo y su generosidad, no da para más. Y esto, en sí mismo, representa la democracia. Por eso apoyé a la opción política que mañana inicia su ciclo sexenal y le dedicaré mis energías -en tanto se me permita- a transitar hacia ese cambio y esa mejora que todos anhelamos.
Siempre he creído que la vida es generosa, sobre todo cuando uno no desaprovecha sus regalos. Buscar el poder… y obtenerlo, no es un obsequio de la vida, es una responsabilidad que algunos gigantes que conozco han decidido dejar pasar, pues saben de su capacidad para enloquecer y desviar. Creo que la coyuntura es muy especial y que encontrará en quienes pronto lo detentarán, a hombres y mujeres con virtud de servicio y alturas de miras. No los dejen solos, acompáñelos, vigílenlos, empújenlos. La reconstrucción de Sonora tiene espacio para todos.
Jesús Manuel Acuña Méndez
@AcunaMendez
El autor es Presidente Fundador de CREAMOS México A.C. y especialista en políticas públicas por la Universidad de Harvard. jesus@creamosmexico.org