A sólo unas semanas de concretarse la transición en los gobiernos estatal y municipal, los datos presentados recientemente en el Informe de Indicadores 2021 de Hermosillo ¿Cómo Vamos? nos permiten identificar que las autoridades electas reciben una ciudad con grandes desafíos y con restricciones de recursos. Su principal reto es ofrecer soluciones a problemas urgentes para los hermosillenses, como son seguridad e infraestructura, al mismo tiempo que se establecen las bases para un nuevo modelo de ciudad sostenible, incluyente y competitiva.
El presente año continúa marcado por el proceso de adaptación a los efectos producidos por la pandemia derivada de la covid-19. En este tema, Hermosillo experimentó un gran impacto en términos de salud de las personas y daños a la economía. Al cierre del mes de julio, 41 mil hermosillenses habían resultado contagiados y más de 2 mil lamentablemente, perdieron la vida a causa del virus.
En el periodo más álgido de la crisis, cerraron 271 empresas y se perdieron más de 11 mil empleos formales, sin embargo, el balance dentro del periodo de marzo del año pasado a junio del presente es positivo, ya que a partir de octubre se generaron 385 nuevas empresas. También se observó una recuperación de los empleos, particularmente en el pasado mes de mayo que, comparado con ese mismo mes en 2020, creció 4.6%, colocándonos por encima de los niveles registrados previo a la pandemia.
A partir de los datos, también se observa que Hermosillo continúa enfrentando problemáticas importantes que ya mostraban señales de alerta antes de la crisis sanitaria. La seguridad se mantiene como el problema público que más preocupa a los hermosillenses y a pesar del esfuerzo del gobierno municipal en la asignación de más presupuesto a esta área, algunos delitos se mantuvieron en niveles altos, como los homicidios dolosos. Durante 2020 se registraron más de 4 homicidios a la semana.
Otros delitos con niveles altos de crecimiento en el registro de carpetas de investigación fueron el narcomenudeo, con un crecimiento de 140%, el robo a negocios con 116% y de manera preocupante la violencia familiar, delito que experimentó el mayor volumen de carpetas de investigación, al registrar 2 mil 897 en el último año; prácticamente se duplicó la incidencia de este delito que afecta principalmente a mujeres y niños.
El actual gobierno municipal logró estabilizar la prestación de algunos servicios públicos, particularmente la recolección de basura el cual es el mejor evaluado por los hermosillenses, no obstante, en otras áreas se mantienen rezagos importantes. Uno de ellos es el tema del agua en el cual la eficiencia general del organismo operador Agua de Hermosillo pasó de 52% a 32% en un lapso de cinco años. Esto se debe a que la paramunicipal produce más agua, pero factura y cobra menos. Entre 2016 y 2020, se dejaron de cobrar 15 millones de metros cúbicos del vital líquido a los usuarios.
Dentro de las condiciones del entorno urbano, existen carencias importantes en materia de infraestructura para la movilidad. Según el INEGI, el 35% de las “manzanas” de Hermosillo carecen de pavimentación mientras que el 43% se encuentra sin banqueta y el 96% sin paso peatonal. La ciudad se mantiene con 4.5 metros cuadrados disponibles de áreas verdes por habitante cuando la recomendación de especialistas es un nivel superior a los 10 metros cuadrados y tenemos un déficit arbolario del 40% lo cual representa cerca de 30 mil árboles.
En términos de la situación que guardan las finanzas públicas municipales, es importante reconocer que la actual administración municipal no contrató más deuda de largo plazo pero nuestro municipio aún se mantiene como el tercero más endeudado del país con mil 764 millones al cierre de 2020. El pago de intereses de la deuda y la disminución en la captación de ingresos propios, entre otros aspectos, limita la capacidad del ayuntamiento para realizar inversión pública en beneficio de la ciudad.
No todo está del lado de los gobiernos. En Hermosillo aún tenemos un largo camino por recorrer para hacer de la participación ciudadana un hábito colectivo y esto se hizo visible en las pasadas elecciones en donde se tuvo sólo un 44% de participación. Esto implica que menos de una cuarta parte de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral (tomando como referencia el número de votos recibidos por los candidatos ganadores) está definiendo los resultados de las elecciones y con ello, a nuestras próximas autoridades.
Si aspiramos a que Hermosillo recupere su liderazgo en materia de competitividad y desarrollo social, es importante que los ciudadanos seamos parte activa en la definición del rumbo de nuestra ciudad. Esto lo podemos lograr integrándonos con nuestros vecinos u organizaciones de la sociedad civil para realizar acciones que contribuyan al desarrollo local y también exigiendo a nuestros funcionarios y representantes para que mantengan canales de comunicación abiertos al ciudadano de manera transparente, que rindan cuentas y cumplan sus compromisos. Las soluciones de la ciudad pasan por una participación ciudadana mayor, activa y corresponsable.
El avance hacia una mejor ciudad para vivir dependerá de la capacidad de gobernantes y funcionaros para tomar las mejores decisiones que les ayuden a cumplir con las altas expectativas de los ciudadanos, pero más decisivo será el que logren sumar a los distintos sectores sociales para construir e impulsar de manera coordinada una visión de futuro para la ciudad.
Por Ernesto Urbina Miranda
Maestro en Economía, director general de Hermosillo ¿Cómo Vamos? y profesor del Tec de Monterrey campus Sonora Norte.