El pasado 10 de marzo la Cámara de Diputados aprobó en lo general una serie de reformas y adiciones a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal para permitir y regular el uso lúdico del cannabis en el país. Fueron 316 a favor, 129 en contra, 23 abstenciones y un berrinche de una diputada que se volvió la comidilla de las redes sociales por toda la ignorancia que exhibió cuando habló de la potencialización de la potencia del HTC en los pasteles de marihuana que te hacen viajar cuatro días.
Estas históricas reformas eran inevitables porque desde el 2018 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional la prohibición del uso recreativo de la marihuana por violentar el derecho humano al libre desarrollo de la personalidad de las personas que deciden hacer un uso adulto y responsable de esta hierba. Y aunque lo aprobado por los diputados no despenaliza completamente el uso de la planta, si es un gran avance que da más libertados a los usuarios del cannabis.
Sin embargo, es importante que con estas reformas también inicie un proceso para desestigmatizar a quienes deciden hacer un uso adulto y responsable de la marihuana, porque el prohibicionismo se basó en la estigmatización de los consumidores del cannabis, criminalizándolos y haciendo que la sociedad los viera como el origen de todos los males, de la delincuencia, del crimen organizado y de las adicciones.
Muchos de los prejuicios contra el consumo de la marihuana se basaron en ideas clasistas y hasta racistas importadas de Estados Unidos, sin sustento científico, y que, con el paso del tiempo, así como de los estudios serios que se comenzaron hacer en muchas universidades. se comienzan a desechar. Ahora se sabe que, de todas las drogas legales e ilegales, el cannabis es la que menos genera adicción, así como que no existe evidencia científica de que su consumo lleve al de otras drogas más duras. De hecho, en los estudios que presenta la Beckley Foundation en su libro “Políticas sobre el cannabis” se maneja la teoría de que al ser ilegal la marihuana gran parte de sus consumidores tienen que ir al mercado negro a comprar la hierba y es ahí donde se ofrecen otras drogas y se tiene contacto con ellas.
El reconocimiento del derecho al libre desarrollo de la personalidad de los usuarios de cannabis, que se hace en las reformas y adiciones a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal en la constitución, llevan a nuestra sociedad a iniciar un proceso de desestigmatización de la marihuana, pero también de sus consumidores, quienes por muchos años fueron criminalizados y discriminados. Ahora esto debe empezar a cambiar sin llegar al extremo de promover el consumo de lo que se convertirá en una droga legal. Al final nuestra sociedad tendrá que aprender a convivir con el cannabis como lo hace con el tabaco y el alcohol, dos drogas que en su mal uso dejan estragos por los problemas de adicción que provocan.
El reto de esta nueva libertad que se reconoce en nuestra sociedad a los consumidores de marihuana está en entender que el derecho al libre desarrollo de la personalidad no está peleado con el derecho a una vida libre de adicciones de quienes no quieran consumir cannabis, y que el uso adulto responsable de esta hierba no implica la promoción de una adicción, como muchos temen por tantos prejuicios que cargan contra los usuarios de la marihuana.