Otro “Sonorita” apareció en la ciudad, y ante un tuit que cuestionó si lo que se hacía con estas figuras de niños de piel yori poniéndose vestimenta étnica era un acto de apropiación cultural, la respuesta fue salir a evidenciar el vacío, tanto de la administración municipal como del cuestionado artista.
Para entender el concepto de apropiación cultural, no se necesita una disertación antropológica, basta googlear el termino y ver lo que sale en Wikipedia. Si el artista cuestionado y la administración municipal tiene flojera, no se preocupen, aquí se los dejo:
“La apropiación cultural es la adopción o uso de elementos culturales por parte de miembros de otra cultura. También se conoce como apropiación cultural indebida, a menudo es retratada como dañina y será considerada una violación del derecho de propiedad intelectual contra la cultura de origen.”
Ya sé, porque lo escuché en la entrevista que el escultor tuvo en Proyecto Puente, que los “Sonoritas” son representaciones de niños que se ponen la vestimenta indígena para mostrar que se están apropiando de la cultura indígena, aunque ellos no sean parte de esta. Esto sin duda suena bien cuando la visión es muy romantizada y desconocen las condiciones de discriminación que históricamente viven las etnias indígenas. Por esto también les recomiendo, tanto al escultor como a los funcionarios de la administración municipal, leer esta otra parte de lo que dice Wikipedia de la apropiación cultural:
“De acuerdo con las críticas hacia esta práctica, la apropiación indebida es diferente a la aculturación, a la asimilación o al intercambio cultural, ya que la apropiación, sea o no indebida, se refiere a la adopción de elementos culturales de manera colonial: Elementos culturales de una cultura minoritaria son copiados por una cultura dominante, entonces estas características son utilizadas fuera del propio contexto cultural, a veces usadas a pesar de los deseos de conservación por parte de la cultura de origen.”
La falta de consulta a las autoridades indígenas sobre el uso de los elementos culturales para las esculturas no es cosa menor. Deja ver como la realización de estas se hace sin un verdadero reconocimiento del valor de estos elementos para la cultura indígena, lugar de donde se retoman dichos elementos. Y aunque en la entrevista en Proyecto Puente el escultor habló de la intención de llevar un “Sonorita” a territorio Comca’ac, la pregunta es ¿Por qué no hacerlo bien desde el principio con todas las etnias que se quieren representar?
Aunque las esculturas no las pague el municipio, está en el espacio público y las autoridades municipales las presumen como arte público. Por este motivo se debe tener cuidado de cómo se presentan y que en su presentación se tome en cuenta a las autoridades de la cultura indígena de donde se toman los elementos culturales. Solamente así se va a realmente reconocer, valorar y dignificar a la cultura indígena a la que se quiere representar. De la forma en la que se hizo solamente se deja ver ignorancia y soberbia por parte de quienes se creen con todo el derecho de apropiarse de los elementos culturales de un pueblo indígena para reducirlo a moda y/o juguetes exóticos para una cultura más dominante.
Así como nos ofenden las noticias de marcas como Carolina Herrera o Zimmermann usando el diseño de bordados tradicionales de comunidades indígenas mexicanas por no reconocer su propiedad intelectual, también nos debe ofender la apropiación cultural indebida que alienta la ignorancia de los funcionarios municipales que están detrás de la presentación de “Los Sonoritas” por la forma en la cual se hizo, sin tomar en cuenta a las autoridades indígenas, tanto de Yoemes como de Comca’ac.
Sin meternos en el asunto de cuanto cuestan las estatuas, si estas se realizan con dinero público o privado, estas están en espacios públicos y por lo mismo las autoridades municipales tienen responsabilidad sobre estas y lo que estas dicen de nuestra sociedad, que en este caso es de una apropiación cultural muy desafortunada, producto de la ignorancia.