Ante las circunstancias y los grandes momentos por los que estamos pasando, ahora, es mucho mayor la necesidad de encontrar nuestro mejor antídoto, momento de desarrollar nuestro antídoto para vivir en plenitud este tránsito de nuestra existencia.
Información va y viene, información nos llega que mueve aspectos profundos que nos hacen reflexionar sobre el proceso de vacunación, que si hay, que si no hay, que si quienes primero, que si es bueno o no anotarse en la lista de espera, que si quienes si se la pondrán, que si quienes no se la pondrán, entre otros cuestionamientos mas, sobre todo, enfocados también a la efectividad de la vacuna y más aún, a los efectos posteriores que ésta pueda o no traer al organismo.
Sin duda, es un tiempo que nos debe de servir para ir hacia adentro, para conocernos, para conocer mas nuestro cuerpo, para atenderlo y cuidarlo en función de lo que le hace bien e identificar cuantas cosas necesitamos cambiar, para lograr estar bien. O mas bien, ¿Qué más necesitamos vivir para cambiar?
Realmente pocas veces nos detenemos a platicar con nuestro cuerpo, a preguntarnos y preguntarle ¿Cómo lo hace sentir lo que comemos?, ¿Qué tanto bien le hace? y si lo que comemos ¿le ayuda y sirve para mantenerse sano?
si se es consciente de como lo carga y recarga de toxinas tanto por lo que ingerimos en alimentos físicos, pero también emocionales y toxinas mentales; las cuales no alcanzamos a eliminar, cuando ya le estamos dando mas y luego nos quejamos porque nos enfermamos, porque nos sentimos cansados, sin energía, sin ganas de estar, mucho menos de hacer.
Así que es necesario profundizar en el interior de si mismo, tomar consciencia de lo que estamos haciendo, incluir a la actividad diaria algo de ejercicio, aprender a manejar la respiración en armonía con el movimiento, ser agradecido por lo que tenemos y por lo que somos, invertir tiempo y recursos en cosas que realmente nos hagan sentir bien, darle dirección y buena administración a lo poco o a lo mucho que se tenga, porque no es solo la cantidad, sino la calidad y la eficiencia con que se maneje.
Tener metas y retos en la vida, y realizarlos sin postergarlos, como dice el dicho “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, disminuir los pendientes libera, descarga y da tranquilidad. Además de construir una imagen agradable sobre si mismo, ya que sentirse guapos hace que las personas se sientan más felices, con mejores estados de ánimo.
Así mismo, está comprobado que el ser humano que disfruta lo que hace, le ayuda también a estar en armonía y equilibrio con la vida y quienes le rodean.
Vacunémonos pues…