En esta nota me gustaría resumir los anuncios y eventos internacionales que han tenido lugar durante los últimos 6 meses para combatir el cambio climático y avanzar hacia una economía limpia, que tarde o temprano también nos impactará en México. Dependerá de nosotros, a nivel personal y comunitario, cuán oportunos y efectivos seamos en la aplicación de mecanismos similares para recuperar una economía más verde e inclusiva y avanzar hacia una economía de cero emisiones netas de carbono, en beneficio de nuestra sociedad.
A medida que los países comenzaron a planificar la reactivación económica, muchos líderes mundiales están optando cada vez más por una “recuperación verde” después de la pandemia que permitiría a las personas volver al trabajo de manera que apoyen los objetivos climáticos nacionales y la vida silvestre del planeta.
A principios de abril de este año, la Unión Europea anunció que un Pacto Verde Europeo debe ser fundamental para una recuperación resistente después del Covid-19. Reconocen que su recuperación económica tenía que ser ecológica e inclusiva, y su plan se centrará en invertir en tecnologías limpias, energías limpias y soluciones en basadas en la naturaleza.
En Canadá, se anunció un nuevo programa de ayuda corporativa, diseñado para ayudar a las empresas que luchan durante la pandemia del coronavirus covid-19. Las empresas que reciben los préstamos, sin embargo, tienen que cumplir con un conjunto de reglas para invertir en planes para reducir su huella ambiental, tendrán que proporcionar evidencia de cómo sus operaciones respaldan los compromisos del país asumidos bajo el Acuerdo de París y deben comprometerse a transparentar sus emisiones y sus objetivos de sostenibilidad ambiental.
También escuchamos de otros países en los últimos meses. China, Corea y Japón han anunciado que están comprometidos a tener cero emisiones netas antes o para 2050 y a reducir sus emisiones de efecto invernadero a la mitad para 2030. Para muchos fue una sorpresa que China hiciera este anuncio antes de las elecciones estadounidenses. El hecho de que hayan decidido hacerlo antes, es una señal geopolítica realmente fuerte, no importa lo que suceda en Estados Unidos, están avanzando, porque saben que es bueno para su economía y ciertamente para la salud pública.
País tras país se están dando cuenta de que no se trata de caridad, no se trata de salvar el medio ambiente, se trata de estabilizar su economía, aumentar la resiliencia de sus economías y por eso lo están haciendo. Emprender una recuperación verde no solo mitigaría el cambio climático, sino que prepararía a los países para la prosperidad a largo plazo al cultivar sectores económicos, como la agricultura sostenible, el ecoturismo y las energías renovables, que pueden prosperar en las próximas décadas. Es una oportunidad para construir economías y sociedades más sostenibles e inclusivas un mundo más resiliente y próspero.
Con estos países alineados, ahora tenemos la mayor parte del G7, y las principales economías de Asia, menos India, aún no hemos tenido noticias de India. Y si las elecciones estadounidenses dan como resultado la administración de Biden, las principales economías del mundo avanzan, y eso es realmente positivo y esperanzador.
En otro lado positivo, escuchamos del sector financiero estos últimos meses. Pude seguir la mayor parte del Foro de Inversión Sostenible para Europa y América del Norte. Hablando de servicios financieros, estoy de acuerdo con la opinión de que no hay otro sector que tenga más influencia para determinar si para 2030 nuestras emisiones serán la mitad de lo que emitimos hoy.
La Junta de Estabilidad Financiera creó en 2015 el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD por sus siglas en Ingles) para mejorar y aumentar la presentación de informes de información financiera relacionada con el clima. Hoy en día hay 1400 instituciones y organizaciones que están reportando su riesgo climático, y representan una capitalización de más de 12.6 billones de dólares, están reportando sobre el riesgo climático que está incrustado en sus inversiones.
A día de hoy, Francia es el único país que ha obligado a los inversores a revelar el riesgo climático. Al día de hoy, se están llevando a cabo conversaciones sobre su obligatoriedad en otros países, y esto continuará durante los próximos 12 meses, mientras los países se preparan para la COP26.
Otra iniciativa importante es la Net-Zero Asset Owner Alliance, actualmente con 33 inversionistas institucionales, que representan $ 5.1 billones de activos, con el compromiso de hacer la transición de sus carteras de inversión a emisiones netas de cero Gases Efecto Invernadero para el 2050. Planean tener 200 instituciones alineadas por COP26.
Y finalmente, hay dos movimientos que quiero compartir. #MakeMyMoneyMatter y #PensionsWithIntention. Estos son buenos ejemplos de cómo, como individuos, podemos marcar la diferencia e influir en los tomadores de decisiones. Estos dos movimientos, originados en Inglaterra por Richard Curtis, uno de los guionistas de comedia más exitosos de Gran Bretaña, tienen como objetivo concientizar a las personas sobre cómo se invierte su dinero y cómo las personas pueden influir para hacer las inversiones correctas, para invertir en un entorno más ecológico e inclusivo y un futuro más sostenible, como infraestructura verde, energías renovables, vivienda social, tecnología limpia, regeneración de suelos, agricultura sustentable, etc.
Estas, a mi parecer, son buenas razones para ser optimista, y me siento parte de una creciente comunidad de “obstinadamente optimistas”, término iniciado por Christiana Figueres y el coautor del libro Optimismo Global, muy recomendable.
En cuanto a nosotros, en México y Sonora, realmente creo que para tener un impacto real y hacer nuestra parte en la lucha contra el cambio climático, tenemos que buscar mecanismos económicos, como el impuesto al carbono, el pago por servicios ambientales, el pago de servicios hidrológicos, e incluso estudiar los mecanismos del mercado de carbono como el que tiene California. Este puede ser el tema del próximo artículo.
Let’s make our money matter and let´s join those stubbornly optimistic
By Karina Lopez Ivich
In this note, I would like to summarize the global announcements and events that have taken place during the last 6 months on addressing climate change and moving towards a clean economy, which sooner or later will also impact us in Mexico. It will be up to us, at a personal and community level, how timely and effective we are on applying similar mechanisms to recover to a more green and inclusive economy, and move towards a zero net emission economy, to benefit our society.
As countries began to plan economic reactivation, many world leaders are rethinking the heavy use of fossil fuels. These leaders are increasingly pushing for a “green recovery” in the aftermath of the pandemic that would allow people to get back to work in ways that support national climate goals and the planet’s wildlife.
Early April this year, the European Union announced that a European Green Deal must be central to a resilient recovery after Covid-19. They recognize their economical recovery had to be green and inclusive, and their plan will focus to invest in clean technologies, clean energies, and natural-based solutions.
In Canada, a new program of corporate relief was announced, designed to help companies that are struggling during the COVID-19 coronavirus pandemic. Companies that receive the loans, however, have to abide by a set of rules to invest in plans to reduce their environmental footprints, they will have to provide evidence on how their operations support the country’s commitments made under the Paris climate agreement and will be required to commit to future climate disclosures and environmental sustainability goals.
We also heard from other countries in recent months. China, Korea, and Japan have announced that they are committed to be zero net emissions before or by 2050 and to decrease their greenhouse emissions by half by 2030. It came as surprise to many, that China made this announcement before the US election. The fact that they decided to do it before, is a really strong geopolitical signal, no matter what happens in the US, they are moving forward, because they know is good for the economy, and certainly for public health.
Country after country are realizing this is not about charity, this is not about saving the environment, this is about stabilizing their economy, increasing the resilience of their economies and that is why they are doing it. Embarking on a green recovery would not only mitigate climate change, but it would set countries up for long-term prosperity by cultivating economic sectors — such as sustainable agriculture, ecotourism, and renewable energy — that can thrive in the decades ahead. It is an opportunity to build more sustainable and inclusive economies and societies — a more resilient and prosperous world.
With these countries aligned, now we have most of the G7, and the major economies of Asia, minus India, we have not heard from India yet. And if the US election results in a Biden administration, we will have the major economies of the world moving forward, and that is really positive and really hopeful.
On another positive side, we heard from the financial sector this last couple of months. I was able to follow most of the Sustainable Investment Forum for Europe and North America. Talking about financial services, I agree with the opinion that there is no other sector that holds more leverage in determining whether by 2030 our emissions will be half of where we are today.
The Financial Stability Board created in 2015 the Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) to improve and increase reporting of climate-related financial information. Today there are 1400 institutions and organizations that are reporting their climate risk, and they represent a margin capitalization of over 12.6 trillion dollars, they are reporting on their climate risk that is embedded in their investments.
As of today, France is the only country that has made it mandatory for investors to disclose climate risk. There is an advanced conversation about making it mandatory in other countries, and this will continue over the next 12 months, as countries prepare for COP26.
Another important initiative is the Net-Zero Asset Owner Alliance, currently with 33 institutional investors, representing $5.1 trillion assets, with a commitment to transition their investment portfolios to net-zero GHG emissions by 2050. They plan to have 200 institutions aligned by COP26.
And finally, there are two movements I want to share with you. #MakeMyMoneyMatter and #PensionsWithIntention. These are good examples of how, we as individuals, can make a difference and can influence decision-makers. These two movements, originated in England by Richard Curtis one of Britain’s most successful comedy screenwriters, are intended to make people conscious about how their money is invested and how individuals can influence to make the right investments, to invest in a greener, more inclusive, and more sustainable future, such as green infrastructure, renewable energy, social housing, clean technology, regeneration soil, etc.
These are good reasons to be optimistic, and I feel part of a growing community of “stubbornly optimistic”, a term initiated by Christiana Figueres and the co-writer of the book Global Optimism, highly recommended.
As for us, in Mexico and Sonora, I truly believe that to have a real impact and to do our part in the fight against climate change, we have to look into economical mechanisms, such as carbon tax, payment for environmental services, payment of hydrological services, and even look into carbon market mechanisms as the one California has. This can be the topic for the next article.