Por Daviana Ley
Eran apenas las 3 de la tarde y varias personas con cubrebocas paseaban por el centro comercial Galerías Mall para aprovechar las ofertas del Buen Fin. Entre los lugares concurridos estaba la librería Porrúa.
Sonsun visitó este espacio. En su entrada había una mesa redonda con varias obras clásicas a 99 pesos como “El Principito” y “El juego de la vida y cómo jugarlo”, dos de los libros más vendidos en octubre y la mitad de noviembre.
Durante la pandemia, se pensaría que los jóvenes no compran tantos libros, pero resultó ser que sí, a decir de Axel Hobson Loustaunau, encargado de la librería y dos visitantes que respondieron la duda.
“Te puedo decir que los jóvenes son alrededor del 40 por ciento de nuestra clientela. Nos han visitado un poco menos por las mismas restricciones que se han implementado (por el covid-19)”.
Continuó: “Aunque ahora con el Buen Fin se ha incrementado la visita de los jóvenes”.
Axel dio unos pasos para mostrar los 2 estantes y 3 mesas grandes
con los libros más comprados por los jóvenes.
Esta zona se encuentra enseguida del área infantil, suspendida por la pandemia. Sobre los muebles se leían títulos como “Los juegos del hambre”, “La reina roja” y “Juego de tronos”.
Axel dio a conocer que los adolescentes llevan libros como Harry Potter y las sagas, es lo que más acostumbran leer. Los que están más grandes, depende de si son libros que les piden en la escuela o de interés general, pero todos son de áreas juveniles.
Para confirmarlo, Alan Alexis Gámez Muñoz, estudiante del tercer semestre de la carrera en Medicina en la Universidad de Sonora, llegó a la tienda a comprar libros de fantasía y ocio, no tanto para la escuela o estudiar, y más que nada, platica, es para consumo personal.
Normalmente Alan acude a la librería como su primera opción porque para él es más sencillo buscar en persona. En raras ocasiones no logra encontrar el libro que necesita y también considera justo el precio, pues explica que en el caso de “los libros que son para escuela, son bastante amplios y tienen mucho material, así que el costo es correcto y no varía de una librería a otra”.
En el caso del bailarín Abraham Leonel Medina Morales consume lecturas de acción y fantasía, pero en su mayoría son de economía e inteligencia emocional.
Abraham confesó que no le importa mucho el costo de sus lecturas, “porque al final de cuentas es una inversión que haces para nutrirte, compartió mientras señalaba su cabeza.
Los jóvenes acuden a buscar experiencias enriquecedoras con los libros, y consideran que es una actividad necesaria y vigente.