“Tato, si no me hubiera pasado lo que me pasó, no podría ayudar a tantas personas a salir de este problema, me dijo una mujer que sufrió un abuso de pequeña”
“Lo que estás viviendo hoy es la base del libro que escribirás mañana, es tu testimonio, es la muestra del poder de Dios en tu vida. Le dije a un joven que estaba huyendo porque lo culpaban de un asesinato”
“¿Sabes? A mi no me hubiera gustado que mis padres se separarán o que miembros de mi familia tuvieran problemas con las adicciones, pero si eso no hubiera sucedido, nuestro programa Advertencia no existiría y no impactaría la vida de miles de estudiantes que hoy reciben la prevención”
El dolor nos capacita, nos hace fuertes, tal parece que las personas más maduras y experimentadas son aquellas que caminan sobre el mar sin temor a hundirse porque ya estuvieron debajo del agua y lograron salir a flote.
No es un requisito sufrir para triunfar. Pero nadie está exento de una tragedia.
Resiliencia: Es la Capacidad que posee la persona para hacer frente a sus propios problemas, superar los obstáculos y no ceder a la presión, independientemente de la situación.
Resiliencia es una habilidad que se forja en el incendio y nos da la oportunidad soportar temperaturas extremas sin derretirnos.
2 de Cor 12:9 “Pero El me dijo: Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad:
Los problemas son una verdadera oportunidad para ver un milagro. Es muy importante equivocarnos para aprender del error, es necesario perder para saber ganar, cuando pasamos por periodos de escases nos volvemos más creativos y entregados a nuestro trabajo, la escases producen gente exitosa y nuestro llanto nos recuerda lo frágil que somos y nuestra necesidad de Dios, cada lagrima es una piedra menos en el corazón, necesitamos desahogarnos para liberarnos. Lo que trato de trasmitirte es que no tengamos miedo a las situaciones difíciles que la vida nos va a presentar
San Juan 16:33 En este mundo enfrentarán aflicciones, pero anímense, yo he vencido al mundo.
Dios nunca prometió que no ibas a tener problemas, pero si prometió que estaría contigo hasta el final del mundo.
No sé cuál es tu historia, desconozco si las batallas te han desmotivado a conquistar nuevos territorios, estoy seguro de que eres un renacido, una verdadera resiliente y aunque que tu armadura está desgastada y tal vez tu espada esta quebrada, tú espíritu se renueva cada mañana y se fortalece en tus debilidades.
No temas, no estás sola, no estás peleando solo, Dios está orgulloso de tu fuerza y tu valor para enfrentar esa necesidad más grande que tu pero no más grande que tu Fe.
Compañero y compañera resiliente, sigue adelante.