El carismático actor escocés Sean Connery murió este sábado a los 90 años y deja un extenso legado cinematográfico a su espalda, aunque siempre se le recordará por haber sido el primero en dar vida a James Bond, papel que en los años sesenta le llevó a conquistar la fama.
Tras estrenar “La liga de los hombres extraordinarios” en 2003, el actor abandonó la gran pantalla y desde entonces residía en las Bahamas. Una de sus últimas apariciones fue en una fotografía que su nuera, la cantante irlandesa Fiona Ufton, pareja actual de Jason Connery, publicó hace un año en Instagram para felicitarle por su cumpleaños 89.
Con más de sesenta títulos a en su historial, el escocés protagonizó siete sobre el agente secreto más famoso del cine: “Agente 007 contra el Dr. No” (1962), “Desde Rusia con amor” (1963), “James Bond contra Goldfinger” (1964), “Operación Trueno” (1965), “007: Sólo se vive dos veces” (1967) y “Diamantes para la eternidad” (1971).
En este último filme, Connery volvió a ponerse en la piel del agente 007 tras una película en que George Lazenby le tomó el relevo y, con ella batió un récord Guinness: ser el actor mejor pagado por un solo filme.
El escocés se embolsó lo que serían ahora unos 40 millones de dólares, una suma que donó enteramente a su fundación, Scottish International Educational Trust, que apoya la educación de niños con pocos recursos.
Pasaría más de una década, hasta que en 1983 aceptara de nuevo interpretar al agente del MI6, creado por el escritor Ian Fleming, en “Nunca digas nunca jamás”.
Su carrera continuó imparable hasta que en 1987 su papel en “Los intocables” le valió el Oscar al mejor actor de reparto al que se sumaron dos Baftas y tres Globos de Oro.
También participó en títulos como “Asesinato en el Expreso de Oriente” (1974), “El nombre de la rosa” (1986), “Indiana Jones y la última cruzada” (1989) y “Los vengadores” (1998).
Su vida tampoco estuvo ausente de polémicas como cuando en los sesenta afirmó en una entrevista con la revista Playboy que veía bien pegar a las mujeres “si todas las demás alternativas fallan”, unas declaraciones que posteriormente repitió.
En el ámbito privado, se casó dos veces, primero con la actriz australiana Diane Cilento, con quien tuvo a su único hijo, Jason, y de la que se divorció en 1973, tras lo que contrajo matrimonio con su actual pareja, la artista francesa Micheline Roquebrune.
En 1999, después de que Connery vendiera su finca de Marbella, él y Roquebrune fueron investigados bajo la sospecha de haber defraudado a la Hacienda española con unos 8 millones de dólares, un caso por el que el intérprete, al contrario de su esposa, no fue procesado.
Información de heraldodemexico.com.mx