Por Carlos Valdez
LA PAZ (AP) — Estados Unidos felicitó el miércoles “al Presidente electo de Bolivia” Luis Arce antes de que se conozca el resultado final de las elecciones del domingo, a las que calificó como un “proceso creíble”, y dijo estar dispuesto a trabajar con el nuevo Gobierno.
La declaración del Secretario de Estado, Michael Pompeo se conoció un día después de que Arce anunciara que el suyo será un Gobierno “abierto a todos” los países, en contraste con su mentor político Evo Morales, que se distanció de Washington y se acercó a Cuba y Venezuela.
Bolivia y Estados Unidos no mantienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde que Morales expulsó al representante estadounidenses en 2008 por sospechas de espionaje. Después sacó a la agencia antidrogas DEA y al Programa de Cooperación USAID.
Con el 88.5 por ciento de los votos oficialmente escrutados, Arce se perfilaba como ganador en primera vuelta con un 54 por ciento frente a su rival de centroderecha Carlos Mesa, que sumaba 29 por ciento.
Los votos que faltan contabilizar provienen principalmente del área rural, bastión del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Arce y de Morales.
Ninguna encuesta había anticipado que el MAS obtendría una victoria en primera vuelta, lo que desencadenó algunas protestas -sobre todo de jóvenes adversarios a ese partido- que denunciaron un supuesto fraude. La policía dijo que las protestas eran aisladas y de pequeños grupos.
El Viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santa María, dijo que el Gobierno no permitirá manifestaciones y “garantizará la paz”.
Tres días después de los comicios, políticos de todos los bandos y analistas coincidieron en que los indecisos -que estaban en torno al 20 por ciento- dieron una victoria holgada a quien fuera por 12 años el Ministro de Economía del Gobierno de Morales (2006-2019).
Arce pudo captar a ese electorado con un mensaje simple, “reconstruiremos la economía”, mientras sus rivales se disputaban el voto del centro y de la derecha, según analistas.
Aunque las encuestas anticipaban que Arce no obtendría un triunfo en primera vuelta, la crisis económica desatada por la pandemia del nuevo coronavirus habría jugado a favor del economista antiliberal de 57 años, considerado el cerebro del éxito económico de Morales.
“Los indicadores han empeorado mucho en 11 meses. Las reservas internacionales han caído, estamos en menos 11 por ciento de tasa de recesión, la tasa de desempleo ha triplicado al 12 por ciento. Realmente los indicadores me asustan”, dijo el político a la televisora Gigavisión.
El mandatario electo asumirá cuando la nueva Asamblea Legislativa elija a su directiva. La Presidenta interina Jeanine Áñez prepara la transición, pero todavía no hay reuniones a la espera del cómputo final. Las autoridades prevén que entre la primera y segunda semana de noviembre puedan jurar las nuevas autoridades.
Alberto Fernández, el Presidente de Argentina -donde Morales se refugió tras renunciar luego de las elecciones del año pasado en las que buscaba su cuarto mandato consecutivo y que fueron anuladas por presunto fraude- dijo a El Destape Radio que “me gustaría ir a la asunción de Lucho Arce. Mi mayor deseo es acompañar a Evo en el regreso a su patria”.
Fernández también abogó por la reconstrucción de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Hay que “reconstituir UNASUR, donde cada pueblo de América Latina esté representado más allá de lo ideológico” sostuvo Fernández y consideró que “el Grupo de Lima fue la bala que dispararon” los dirigentes conservadores contra ese bloque regional a medida que llegaron al poder en la región.
“El Grupo de Lima sólo se preocupa por Venezuela. Argentina nunca participó y, desde que llegamos (al poder en diciembre de 2019), lo único que hicimos fue tomar distancia de él”, agregó.
En abril de 2019 el entonces Gobierno del conservador Presidente Mauricio Macri (2015-2019) anunció el retiro de Argentina de UNASUR -creado por iniciativa de mandatarios izquierdistas como el fallecido Hugo Chávez de Venezuela- sumándose a otros de la región que criticaban la crisis que aquejaba a ese organismo y su “agenda con alto contenido ideológico”.