A las 10 de la mañana del martes, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Mario Delgado, envió un WhatsApp al grupo de coordinadores de todos los partidos convocándolos de forma urgente a una reunión previa a la sesión del día, en la que entre otros asuntos, estaban previstas la comparecencia de funcionarios de la Secretaría de Salud y otros tres funcionarios del sistema de salubridad federal.
Todavía a esa hora y desde la tarde del día anterior, después de la comparecencia de Hugo López-Gatell en el Senado, la ex morenista Lili Téllez seguía siendo tendencia nacional en redes sociales, una herramienta que se ha vuelto poderosa en la gobernanza de los políticos del mundo y México no es la excepción. Los usuarios de Twitter festejaban la manera en que la legisladora había tratado al encargado de guiar la lucha contra la Covid-19 en el país.
Tonatiuh Bravo Padilla, jefe de la bancada de MC, estaba reunido con su grupo parlamentario cuando tomó el teléfono y leyó el mensaje urgente de Delgado. Entonces interrumpió la reunión plenaria y se dirigió presuroso a las oficinas de Mario. En el camino tuvo la corazonada de que el diputado de Morena, quien además busca la presidencia de su partido, alegaría algo sobre el formato de los trabajos en el salón de plenos, donde Jorge Alcocer, secretario de Salud seguramente sería vapuleado con preguntas y reclamos sobre su papel en la lucha contra la epidemia.
No sólo él, sino también Zoé Robledo, titular del IMSS; Luis Antonio Ramírez, del ISSSTE y Juan Antonio Ferrer, del Insabi, a quien le tenían preparado un repertorio para reclamarle entre otros asuntos lo del Fideicomiso a los fondos catastróficos para el bienestar porque desde ese instituto se gestión los recursos, pues aunque en un principio se logró frenar la medida entre los planes de la 4T aun está la eliminación de casi 100 mil millones de pesos para dárselos a la presidencia.
En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador había tenido que salir a levantar la imagen aplastada de López Gatell. “Al doctor Hugo López Gatell lo maltrataron. Están muy molestos, muy enojados cuando deberían estar ofreciendo disculpas”, había dicho López Obrador mientras las cámaras hacían un acercamiento al doctor para captar su sonrisa, propia a la de un chico enamorado.
Era la sonrisa en el marco de las más de más de 84 mil muertes por la epidemia. Pero a las 10 de la mañana el golpe mediático seguía sin revertir la tendencia en contra del subsecretario ni la que enarbolaba a Téllez por su ponencia frente al funcionario (la verdad es que la actitud provocadora en el Senado había sido de ida y vuelta a la hora de soltar las peguntas y evadir las respuestas).
En la misma conferencia matutina, el presidente tuvo que aceptar que no hay fecha para que los niños enfermos de cáncer retomen su tratamiento ante el desabasto de medicinas y el supuesto robo de un lote que supuestamente había sido comprado en Argentina. El jefe del ejecutivo argumentó, sin mostrar pruebas, que empresas de medicamentos del país intentan bloquear la compra que el gobierno de México hace de fármacos para tratar el padecimiento. Así que la situación estaba a modo para lo oposición y para que los cuatro funcionarios fueran ametrallados con preguntas, petición de pruebas sobre ese tema y la cuestionada estrategia epidemiológica.
—Ante el ambiente que priva en las comparecencias proponemos cancelar las comparecencias —soltó Delgado, quien había cabildeado el apoyo de los coordinadores del PES, PVEM y el PT, cuyo partido reapareció como su aliado en este tema tras los desencuentros en la disputa por la Presidencia de la Cámara.
—No podemos cancelar el ejercicio constitucional de rendición de cuenta. Es necesarios y una obligación de transparencia. Sin conculcar la libertad se puede llevar a cabo en un marco de respeto— expuso Tonatiuh Bravo Padilla.
Después de una larga discusión, se determinó posponer la comparecencia de los funcionarios para el día 22 de octubre mientras se busca un acuerdo de civilidad.
El tema de salud en el país, sin embargo, parece comenzar a ser un talón de Aquiles para López Obrador y su equipo de médicos y especialistas. Con la estrategia puesta en marcha, sin cambios de por medio, y frente a una epidemia del nuevo coronavirus que mantiene su amenaza, incluso al mezclarse con otra como la influenza, de un rebrote que acecha a la población y sin medicinas para los niños con cáncer surge una nueva pregunta: ¿Por cuánto tiempo más podrá sostenerse la popularidad positiva de este gobierno?
Uppercut: Y si Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado pagan los 10 millones de pesos que costará la tercera encuesta para definir al nuevo presidente de Morena. Es que esas guerras fratricidas también las está pagando usted con sus impuestos.