Cada vez cobra mayor popularidad la utilización de aceites esenciales y la práctica de la aromaterapia para cuidar la salud humana. Hoy, el académico del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Jesús Fernando Ayala Zavala, nos devela algunos mitos y verdades al respecto.
¿Qué es un aceite esencial?
Un aceite esencial es un líquido aceitoso extraído normalmente de tejidos de plantas. Este líquido contiene compuestos volátiles que otorgan el aroma característico del tejido del que fueron extraídos. Es decir, pueden obtenerse aceites esenciales de las hojas del orégano, canela, rosas, lavanda, azahar de los naranjos y manzanilla, así como de muchos otros tejidos que contengan compuestos con aroma.
Los aceites esenciales pueden obtenerse por diferentes técnicas. La más utilizada es el arrastre con vapor de agua, en la cual el vapor pasa por los tejidos de las plantas, calentándolos, volatilizando los compuestos del aroma y arrastrándolos.
Posteriormente, al enfriar el vapor, el aceite se separa del agua y es cuando es llamado aceite esencial. Estos tienen muchas propiedades: principalmente son conocidos como saborizantes y aromatizantes, además de que actualmente se realiza investigación sobre sus propiedades antibacterianas, antifúngicas, antioxidantes, anticancerígenas, antivirales, relajantes, anestésicas y antiinflamatorias, entre otras.
¿Por qué ha cobrado popularidad su uso para la salud?
Actualmente la aromaterapia está recobrando popularidad por la agradable sensación que provoca el exponerse a los aceites esenciales y sus propiedades de relajación, desinfección y antimicrobianas, las cuales no son novedad, pues se tiene registro de que los antiguos egipcios los utilizaban como ingredientes en cosméticos y ungüentos, lo mismo que las antiguas civilizaciones chinas, indias, griega y nahua, que los usaban como agentes medicinales y en rituales religiosos.
El uso de estos compuestos nunca ha desaparecido, simplemente ha sido opacado por fármacos sintéticos que fueron sustituyéndolos. Sin embargo, la cadena de consumo actualmente otorga un valor agregado a los agentes naturales y orgánicos que puedan presentar propiedades benéficas para la salud, lo cual ha permitido que el uso de aceites esenciales vuelva a ser popular para el cuidado de la salud.
¿Los aceites esenciales sirven por sí solos para combatir enfermedades?
Algo muy interesante al respecto de la filosofía del uso de plantas medicinales, donde se incluyen algunos aceites esenciales, es que contempla un acercamiento holístico para combatir enfermedades; es decir, solo son coadyuvantes para ayudar a combatirlas. Existen diversos estudios que reportan efectos sinérgicos al combinar el uso de aceites esenciales con agentes desinfectantes y antibióticos, permitiendo una recuperación más rápida y la reducción de dosis de antibióticos para combatir las infecciones. Adicionalmente, existen estudios que informan de la eficacia de los aceites esenciales como aromatizantes en salas de recuperación de hospitales para disminuir la presencia de bacterias y hongos patógenos en el aire y favorecer una pronta recuperación de los pacientes que están en tratamiento.
¿Existen riesgos asociados por la ingesta, inhalación o uso tópico de aceites esenciales?
Como cualquier sustancia, su uso sin control puede tener efectos secundarios; estos dependen de la persona que los utilice y del aceite esencial. Los síntomas más comunes son irritaciones de las mucosas y de la piel. Afortunadamente, el olor y el sabor de estos extractos son tan intensos que permiten detectar la exposición a concentraciones peligrosas. No obstante, es muy importante mencionar la utilización de estas sustancias a los médicos que nos atienden, así como tener presente el historial de alergias que padecemos antes de utilizarlos.
¿Quién es el especialista de la salud que debe orientar a una persona en caso de que decida usar los aceites esenciales como terapia complementaria?
Como hemos comentado, las propiedades y usos que puedan presentar los aceites esenciales de plantas son variados, por lo que es recomendable siempre comentar su uso al médico familiar, dentista, dermatólogo o especialista que nos atienda, para evitar cualquier problema o contraindicación, sobre todo si se sigue algún tratamiento en específico.
Colaboración de Jesús Fernando Ayala Zavala, investigador de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal del CIAD.
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