No hay medias tintas, advirtió el presidente: o se está con su proyecto, o se está en contra de él. Así de cruciales y definitorias serán las elecciones federales y locales, dentro de exactamente un año.
Dentro de un año, el 7 de junio de 2021, México se despertará con un nuevo mapa político nacional. Los comicios del 6 de junio habrán definido una nueva conformación de la Cámara de Diputados y una nueva distribución del poder político en las 32 entidades del país.
Los mexicanos habremos acudido a las urnas para mantener el respaldo otorgado en 2018 a Andrés Manuel López Obrador y su “Cuarta Transformación”, o para retirárselo y optar por nuevas opciones políticas.
De ese tamaño e importancia son las elecciones de 2021.
1. La elección de diputados federales
En julio de 2018, junto con el respaldo a la candidatura presidencial de López Obrador (30.1 millones de votos), se otorgó un apoyo mayoritario a la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES) en la elección de diputados federales.
Las fuerzas que impulsaron a López Obrador obtuvieron 24.3 millones de votos en la elección de Congreso y ganaron 218 de los 300 distritos electorales del país, lo que le otorgó al presidente la posibilidad de acceder a una mayoría absoluta de diputados no vista desde la legislatura 56 (1994-1997), en la que el presidente Ernesto Zedillo gozó del apoyo de una bancada de más de 300 diputados priistas.
Después de múltiples reacomodos en los dos años transcurridos de la 64 Legislatura, hoy los partidos que llevaron a López Obrador al poder cuentan con 320 diputados (254 de Morena, 40 del PT y 26 del PES), y se han hecho de nuevos aliados legislativos: el Partido Verde (13 diputados) y cinco experredistas que se declararon independientes.
Esa coalición artificial de 338 diputados convirtió a López Obrador en el primer presidente que, desde 1997, tiene una bancada en San Lázaro lista para aprobar (casi) todas sus reformas legales y constitucionales.
Muchos de esos diputados se negaron a respaldar la iniciativa presidencial de reducir el financiamiento público a los partidos políticos, pero en todos los demás temas, en esta Legislatura el presidente propone y dispone.
La posibilidad de seguir adelante con su agenda de reformas “para profundizar y hacer irreversible la transformación”, un refrendo a su proyecto de país y la antesala de una eventual consulta de revocación de mandato (en marzo de 2022). Todo eso se juega López Obrador en las elecciones federales intermedias.
Por su parte, la oposición está ante la posibilidad de frenar la “cuarta transformación”, impedir más reformas y poner al presidente contra las cuerdas y en obligación de dialogar y negociar con sus opositores en la segunda mitad del sexenio.
Para eso, PAN, PRI, PRD y MC, juntos o por separado, tratarán de canalizar la inconformidad con la cuarta transformación, y el desgaste de una administración que llegará al 2021 en medio de una severa crisis económica y arrastrando los saldos de lo que deje la pandemia de COVID-19.
Dos factores adicionales entrarán al juego de las elecciones legislativas: la reelección y la posible presencia de nuevos partidos políticos en la boleta electoral.
Ante la falta de acuerdos en el Congreso para reglamentar la reelección de legisladores prevista en la Constitución, tocará al INE emitir normas para aquellos diputados de la actual Legislatura que traten de mantener su curul y que deberán iniciar su campaña en abril de 2021.
Por otra parte, el INE debe definir en agosto, pues en septiembre comienza formal y legalmente el proceso, cuáles de las siete organizaciones que formalizaron su solicitud obtendrían el registro como partidos políticos.
De esos siete, hay cuatro claros satélites del lopezobradorismo: Partido Encuentro Solidario (el nuevo PES), Redes Sociales Progresistas (impulsado por Elba Esther Gordillo), Fuerza Social por México (del líder sindical Pedro Haces) y Súmate a Nosotros (del ex panista Manuel Espino).
Hay una escisión del PRI llamado Fundación Alternativa (dirigida por César Augusto Santiago); una reedición del partido Nueva Alianza, llamado Grupo Social Promotor por México, y una organización abiertamente antilopezobradorista dirigida por Felipe Calderón y Margarita Zavala (México Libre).
Dependiendo de cuántos de estos partidos lleguen a la boleta y el respaldo ciudadano que logren generar, su presencia podría implicar un reacomodo en el sistema de partidos.
2. Elecciones de gobernador
Los electores de 15 estados irán a las urnas para renovar la gubernatura.
Para el PRI, los comicios locales serán cruciales para su supervivencia, pues gobierna ocho de los 15 estados: Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.
Son ocho estados donde Morena tuvo altas votaciones en 2018 y, salvo San Luis Potosí, en todas ganó las dos senadurías de mayoría relativa.
Una debacle priista en estos estados podría sepultar al tricolor a nivel nacional.
El PAN tratará de refrendar cuatro estados que gobierna: Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit y Querétaro.
En Nuevo León, donde gobierna el “independiente” Jaime Rodríguez Calderón alias El Bronco, PRI y PAN tratarán de recuperar la gubernatura que ya han tenido en años anteriores, con la competencia de dos nuevas fuerzas con personajes carismáticos entre sus posibles candidatos: MC (Samuel García) y Morena (Tatiana Clouthier).
En Baja California también habrá elecciones, pese a las resistencias de Jaime Bonilla. Morena intentará refrendar sus aplastantes triunfos de 2018 y 2019, pagando los costos de una administración cada vez más polémica.
Y, finalmente, el PRD se juega su último bastión en Michoacán, donde Morena acecha la gubernatura después de sus votaciones de entre 40 y 50 por ciento en las federales de 2018.
De estas 15 elecciones surgirá un nuevo mapa político electoral que será la base de la contienda del 2024.
3. Elecciones locales
El calendario electoral establece que habrán de elegirse mil 63 diputados en 30 Congresos locales. Sólo dos estados no cambiarán su legislatura local: Coahuila (donde debe elegirse este año) y Quintana Roo (renovada en 2019).
En las elecciones legislativas locales, Morena y sus aliados se juegan la mayoría que actualmente ostentan en los Congresos de Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Durango, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Las legislaturas locales resultan claves, no sólo porque por ahí transitan las agendas locales, sino por su papel en la ratificación de reformas constitucionales a nivel federal. Contar con más de 16 Congresos afines le ha permitido a la coalición lopezobradorista aprobar múltiples reformas en estos dos años.
A nivel municipal, los partidos se juegan mil 926 cargos, también en 30 entidades. En este caso, las únicas dos en donde no habrá renovación de ayuntamientos son Hidalgo (donde están programados los comicios para este año, en fecha aún por definir) y Durango (donde se renovaron en 2019).
Se trata de una reconfiguración casi total del poder local (el de trato más directo de la ciudadanía), con posibilidad de reelección en la mayoría de las entidades y sometido a fuertes tensiones territoriales.
Las elecciones municipales son las que más conflictos han generado en los últimos años. En entidades como Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, el Estado de México y la Ciudad de México han llegado a producirse incidentes violentos como parte de la disputa por el poder.
Y es a este nivel de elección donde más asesinatos de candidatas y candidatos se han registrado en las últimas dos décadas.
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Así el panorama, el presiente Andrés Manuel López Obrador parece haber dado ya el disparo de salida para la contienda, al afirmar el sábado que éstos son tiempos de definiciones.
No es casual que, justo un año antes de los comicios calificados por la autoridad electoral como “los más grandes de la historia”, el presidente haya hecho explícita su visión de la contienda política en el país.
Dijo ayer López Obrador desde Minatitlán, Veracruz: “nada de medias tintas, que cada quien se ubique en el lugar que corresponde, no es tiempo de simulaciones: o somos conservadores o somos liberales. No hay para dónde hacerse: o se está por la transformación, o se está en contra de la transformación del país”.
¡Arrancan! Así de cruciales y definitorias serán las elecciones, dentro de un año.
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