Este lunes 20 de abril, dos poderes del Estado mexicano – la Suprema Corte de Justicia y el Senado- tomarán caminos distintos. A pesar de que a los dos se les consideró, dentro del decreto del Consejo de Salubridad General, como trabajos esenciales y, por lo tanto, no suspendibles, las medidas que han tomado para enfrentar su trabajo es radicalmente distinto.
La Suprema Corte de Justicia
No, no está dentro de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación la probabilidad de sesionar a distancia. Tampoco fue fácil sacar el acuerdo entre los 11 ministros y ministras.
Como sea, lograron un acuerdo mayoritario y a partir de hoy sesionarán a distancia y -ojo- también de manera pública. Están citados todos a las 11:30 de la mañana para la previa que siempre tienen y luego aparecerán al aire por Justicia TV y la página web del máximo tribunal del país.
El Pleno sesionará los lunes, martes y jueves; se publicará en la página de internet las listas oficiales con los asuntos que se analizarán. Tienen que estar presentes al menos 7 ministros y ministras. Las Salas sesionarán los miércoles.
Tendremos la impartición de una justicia digital y también nos asomaremos a los despachos que los jueces constitucionales tienen en sus hogares.
La SCJN decidió no parar y solucionar con la tecnología las barreras. Impartir justicia, protegerse al quedarse en casa y también al personal de la Corte al menos hasta el próximo 5 de mayo porque el decreto, consideraron, del Consejo General de Salubridad les permite hacerlo.
El Senado
En cambio, los senadores del país ya están citados mañana a una sesión ¡presencial! en el recinto que está sobre Paseo de la Reforma las 12 horas. No importa que algunos de ellos estén dentro de la población de riesgo. ¿Cuántos irán con tapabocas?
Hay una única cosa a discutir en la agenda: ¿cambiar el Reglamento del Senado para que puedan sesionar a distancia? Nooo. Aunque ya hay, presentadas, dos iniciativas al respecto: una de Damián Zepeda, del PAN y otra de Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI.
Los y las senadoras mañana están citados a discutir…¡La Ley de Amnistía! ¿La recuerda? La presentó el presidente López Obrador en septiembre pasado.
Haría que un número no determinado, pero pequeño, de personas privadas de su libertad en prisiones federales salgan de la cárcel (porque no aplica a nivel nacional).
Algo que, por cierto, sin esperar a que el Senado aprobara ya hizo, por ejemplo, el Estado de México.
Aún si logran quórum (que está en entredicho) y lo votan a favor, para que se implemente puede tardar un mes o dos, cuando estamos en una etapa crítica de la pandemia y se sabe que las cárceles -sobrepobladas- son un foco importante de contagio.
Ayer una carta firmada por los líderes de las bancadas del PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y el PRD, llamaban al presidente (quien, no nos hagamos, manda sobre Morena y sus legisladores) a reconsiderar. El presidente tiene atribuciones para excarcelar personas mediante libertad anticipada, condicionada e indulto.
Anunciaron que no se presentarán a menos de que la agenda sea otra. Sé, porque hablé ayer con varios senadores y senadoras, que muchos irán, pero no bajarán al pleno a menos de que se logre quórum y lo harán para argumentar en contra. Otros ni irán.
Mauricio Kuri, Miguel Ángel Osorio, Dante Delgado y Miguel Ángel Mancera llamaban a que se discutieran temas de importancia en la pandemia ante la crisis sanitaria (a la que yo agregaría la económica y social). Llamaban a hacer un Acuerdo Nacional para enfrentar la urgencia sanitaria y económica, entre otros temas.
Le decían, en una línea fuerte: “Tenemos el mandato constitucional de ser contrapeso del poder ejecutivo y lo vamos a cumplir, porque es nuestra responsabilidad y porque el poder absoluto no le hace bien a nadie”.
Ouch.
¿Qué se puede legislar?
Ideas para legislar hay muchas, pero las Cámaras también serían una tribuna de críticas hacia lo que se está haciendo, no haciendo o medio haciendo en el país.
La baja de calificaciones crediticias del país, la situación de Pemex, la decisión de considerar prioritario los capric… digo, los proyectos emblema de AMLO, como Dos Bocas o Santa Lucía.
La decisión de traer insumos de China que, al menos en la primera descarga fueron calificados por gobernadores casi casi como productos Mi Alegría para médicos y no protección seria. ¿No se pueden hacer en el país y generar empleo? Al menos tapabocas y batas quirúrgicas. Urgen porque en el país el 9% de los contagiados son trabajadores de la salud. Que yo sepa está más cerca Tlaxcala o León que China.
¿Más? Sí. Planes para evitar la extinción en masa, no del coronavirus, sino de las micro, pequeñas y medianas empresas; medidas para que los más de 50 millones de pobres (más los que deje la pandemia) no estén peor.
¿O será que, en serio, les preocupa más la popularidad de un gobierno que buscar soluciones? ¿qué por eso también hay una corriente cada vez más fuerte dentro del gobierno contra Hugo López Gatell por su exposición, credibilidad y hasta supuesto enamoramiento masivo al declararlo casi ‘novio de México’?
La “Guía Bioética”… en veremos
“La Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina crítica” de la que hablé en mi pasada columna aquí provocó olas. Se actualizó el texto al llamarlo “Proyecto de triaje” (de selección) y el encargado de la Comisión Nacional de Bioética, Manuel H. Ruiz de Chavez, renunció.
Pero debemos hacer algo al respecto, por más duro que sea que habrá que elegir entre una vida y otra, podemos estar ante esa circunstancia. Y es mejor tener alguna guía que ninguna. Lo que pasa es que se necesita discutir, rápido y de manera abierta, no tratar de sacarla en lo semi-oscurito un sábado en la tarde.
Y la otra pandemia
Otra pandemia que nos debe ocupar es el de la violencia contra las mujeres y más con el #QuédateEnCasa que comparten con sus agresores (recuerde que una de las violencias más frecuentes es la infrafamiliar). No se pierda el artículo de Laura Castellanos en The Washington Post (https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2020/04/13/mexico-abandona-las-mujeres-violentadas-en-esta-contingencia/): la violencia ha incrementado y hay sobrecupo en refugios. Hay 367 mujeres asesinadas en el mismo lapso que la emergencia del Covid. Hay 23.3 denuncias interpuestas por hora (y eso que el 78.6% de las mujeres no denuncian ni buscan apoyo).