Los hongos Massospora cicadina hacen que las cigarras experimenten un repentino y maximizado deseo sexual, causando que se apareen con todo lo que encuentren, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Virginia Occidental.
Los expertos, en un principio, iban a infectar a las cigarras en su laboratorio para observar el compartimiento de ellas. Pero al final, decidieron analizar a varios ejemplares contagiados directamente de la naturaleza.
Descubrieron que el Massospora contiene sustancias químicas similares a los hongos alucinógenos. Esto sugiere que esos elementos son los culpables de su cambio a “zombie”.
En efecto, notaron que la cepa Massospora cicadina tenía catinona, una anfetamina asociada con las plantas. Mientras que, los Massospora platypediae o Massospora levispora contaban con psilocibina, un alucinógeno del grupo triptamina.
Todo eso, determina que los compuestos referidos tienen efectos fuertes en la mente de las cigarras. “Las actividades neurogénicas de estos componentes sugieren que el fenotipo extendido de Massospora que modifica el comportamiento de la cigarra para maximizar la diseminación es inducido químicamente”, explico Matt Kasson, autor principal del estudio.
El Massospora afecta la conducta de las cigarras de un modo tan letal, que los machos infectados son capaces de copular entre ellos. Éstos emulan los gestos de una cigarra femenina para atraer a su pareja desprevenida, que de “caer en su encanto” se convertirá en otro zombie.
Las cigarras en su intento de satisfacer sus necesidades sexuales, se van desintegrando parte por parte. Primero se quedan sin extremidades, luego sin genitales, y por último vuelan a su alrededor despedazándose sin la menor preocupación de ello. Mientras lo hacen, dispersan el hongo a sus compañeras.
“Las cigarras, luego de su infección, son solo zombies en el sentido de que el hongo tiene el control de sus cuerpos”, manifiesta Kasson. Asimismo, las catalogo como “saleros de la muerte” por rociar su huésped maligno a sus similares.