Columna Contra las cuerdas
Me escribió Montse Castro al Whatsapp ayer. La tapatía varada en Dominicana, junto con otros 40 connacionales, tenía una redacción diferente a la del sábado que la contacté. Sus frases ya sonaban alegres y llenas de ilusión.
“Debemos estar (hoy) en el aeropuerto de Punta Cana, a las 11 am. Nos lo dijeron cuando llamamos a la embajada. No hay comunicación oficial, pero me siento aliviada. Aunque sé que todo esto no termina aquí, por la situación que va a traer (económicas, de salud, etc), me siento más tranquila porque lo voy a poder enfrentar en mi país”.
Para corroborar la información que tenía Montse y no se creara falsas expectativas de no ser verdadero, volví a hablar con el funcionario de la Cancillería al que también contacté el sábado para preguntarle sobre Castroy el resto, incluidos adultos mayores y enfermos con padecimientos crónicos que empezaban a quedarse sin medicinas, ni dinero por la cancelación de los vuelos debido al cierre del espacio aéreo.
Sentí un alivio. El avión que va por la tapatía, sus padres, esposo y el resto de los paisanos ya volaba y seguramente aterrizaría en Punta Cana poco después de enviar esta entrega a la redacción.
En medio del caos hay más historias lindas como la de los Castro. A los mil 601 mexicanos retornados de Chile, Venezuela, Brasil, Bahamas, Cuba, Ecuador, El Salvador, Honduras y Perú, por la contingencia del coronavirus, ayer se sumaron otros 43 atorados en Guatemala y Colombia, donde también los presidentes decidieron cancelar los vuelos para mantener a raya al virus que tiene de cabeza al mundo. Iban mil 768 mexicanos con retorno, más los que se sumen hoy, pues además de los de Dominicana tenían esperanzas algunos varados en Argentina y de otros países. Quedan más de 350 regados en Europa, Asia y Medio Oriente. La cifra de mexicanos salvados llegará este martes a más de mil 810.
Pocos jefes de Estado entienden la decisión de México de mantener abiertos los vuelos, vengan del país que vengan. En Puerto Vallarta todavía ayer el aeropuerto estaba a reventar y con viajeros pegados codo a codo.
La manera en que actúa López Obrador echa abajo la campaña de su Susana-distancia promovida por sus propios especialistas. Está llevando al límite la salud de los mexicanos al exponerlos a la pandemia del siglo y a su propagación como racimo para estirar el colapso de la economía nacional, que en los primeros 15 meses de su gobierno se le rezagó. La crítica a sus acciones no es la de un sabelotodo ni pretende serlo, sino se retoma de epidemiólogos y expertos.
A Montse le respondí por su retorno con un emoticon de ojos llorosos porque en medio de toda la alerta mundial por el Covid-19, me contagió su ilusión. “Me preocupaba mucho que alguno de mis padres se me enfermara estando aquí. Al menos enfrentaremos todo en casa”, agregó. Ruego para que no encuentren contratiempos y puedan volver con bien.