Haber decretado a tiempo la cuarentena, el aislamiento de los portadores del nuevo coronavirus y el distanciamiento social podría haber ahorrado a China el 95 por ciento de los contagios, según se desprende de las conclusiones de un equipo de investigadores publicadas en el portal medRxiv.
Este medio se utiliza por investigadores del campo de la salud para compartir de manera rápida sus conclusiones preliminares que aún no han sido publicadas en una revista académica ni revisadas por otros científicos.
Los científicos partieron de un total de 114 mil 325 casos de COVID-19 registrados en la China continental para el 29 de febrero. Según sus estimaciones, de haber tomado medidas de contención una, dos o tres semanas antes, las autoridades habrían conseguido evitar un 66 por ciento, un 86 por ciento y un 95 por ciento de nuevos contagios, respectivamente.
Del mismo modo, si Pekín hubiera impuesto la cuarentena obligatoria una, dos o tres semanas más tarde, el número de los casos podría haberse triplicado, septuplicado y multiplicado por 18, respectivamente, según los cálculos de los investigadores.
“Las intervenciones no farmacéuticas adoptadas por China parecen contener de manera eficaz el brote de COVID-19, pero la eficacia de las diferentes intervenciones varió, siendo la detección temprana de los casos y la reducción de los contactos las más eficientes”, concluyeron.
Sin embargo, ahora el epicentro de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 se ha desplazado de China a Europa, como explicó hace unos días la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y desde el que hasta hace unas semanas era el principal foco de la enfermedad, la ciudad de Wuhan -donde se detectó por primera vez el patógeno-, los médicos advierten de que en Europa se están repitiendo errores similares a los que se cometieron allí, según ha publicado Bloomberg.
El principal, han explicado cuatro expertos en una sesión informativa para periodistas en Pekín, es “la protección inadecuada” de los trabajadores sanitario, lo que puede provocar una alta tasa de infección entre profesionales de la medicina y la enfermería. En Wuhan, recuerda la agencia estadounidense, la falta de conocimiento sobre la nueva enfermedad y la escasez de equipos de protección en las primeras semanas del brote en enero llevaron a miles de profesionales a infectarse mientras trataban a los pacientes. Varios de ellos han fallecido.
“Nuestros compañeros europeos están contrayendo la enfermedad en su práctica diaria, y la proporción es bastante similar a la situación previa en Wuhan”, ha indicado Wu Dong, profesor de gastroenterología en la capital china. “Necesitamos proteger a nuestro personal médico”.
“Mi interpretación personal es que estos médicos tienen un contacto muy cercano con los pacientes, esa es la razón principal por la que se infectaron fácilmente. Es importante formar y capacitar a los médicos sobre cómo protegerse”, ha dicho por su parte Du Bin, director de la unidad de cuidados intensivos del Hospital de la Universidad Médica de Pekín Union.
El pasado 3 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de que la “grave y creciente interrupción del suministro mundial de equipos de protección personal”, entre ellos guantes, mascarillas médicas, respiradores, gafas de seguridad, pantallas faciales, batas y delantales, “está poniendo vidas en peligro ante el nuevo coronavirus” y otras enfermedades infecciosas. Y atribuyó esta interrupción al aumento en “la demanda y por las compras, el acaparamiento y el uso indebido de esos productos como consecuencia del pánico”.
En este sentido, la OMS insistió en que el personas sanitario depende de estos equipos para protegerse a sí mismos y a sus pacientes y evitar contagiarse y contagiar a otras personas. Sin embargo, la escasez hace que los profesionales médicos, de enfermería y otros trabajadores de primera línea “estén peligrosamente mal equipados” para atender a los pacientes de COVID-19, enfatizó el organismo que fue tajante en que para detener el virus, lo primero es proteger a los trabajadores del sistema de salud.
Por otro lado, sostienen que es esencial hacer las pruebas de ácido nucleico que identifican el virus, ya que la enfermedad en la mayoría de los casos solo presenta síntomas leves y también hay pacientes asintomáticos. “Prueba, prueba, prueba. Aparte de las pruebas, no tengo ni idea de cómo identificar los casos sospechosos, y cómo poner en cuarentena a los contactos cercanos”, afirma Du, según informa Bloomberg. Este lunes, la OMS pidió que se hagan cuantos más test mejor como punto clave en esta fase de la expansión de la enfermedad con la idea de detectar, aislar y hasta rastrear contactos de esos casos, para que se aíslen.
Los médicos han apuntado que el brote parece llegado a su fin en China, pero que el gigante asiático, que ahora está brindando apoyo a otros países afectados como Italia, aún debía estar alerta. Sobre todo, hay que estar preparados para casos esporádicos y posibles casos importados. “Debemos tomárnoslo en serio, tomar las medidas necesarias y ser responsables”.