Columna Contra las cuerdas
Es la primera vez en 13 años que no escuché hablar del problema de los desaparecidos en el país y sus familias en boca de quien ocupa la titularidad de la CNDH, al rendir su informe de labores ante el Congreso.
Muy triste y lamentable porque Rosario Piedra Ibarra y su familia llevan más de 44 años denunciando la desaparición forzada de su amado Jesús Piedra Ibarra, quien en 1975 tenía 21 años, así como de quienes no volvieron con su gente en aquel oscuro episodio de la guerra sucia.
Piedra Ibarra y su mami, la incansable Rosario Ibarra de Piedra, han sido una de las familias que más han pronunciado, o mejor dicho, habían pronunciado las palabras “desaparición forzada”, con justísima razón. Pero un candado histórico se cerró ayer en la boca de Rosario Piedra, impuesta por Morena como presidenta de la CNDH.
En la primera media hora del informe 2019, ella no sólo evitó hablar de los 5 mil 184 desaparecidos del año pasado, sino que tampoco hizo referencia alguna de los mil 124 cuerpos encontrados en fosas clandestinas, de los 34 mil 582 homicidios, de los mil 6 feminicidios, de 35% del repunte en las extorsiones, de 10% del alza en los secuestros y de 15% del crecimiento de la trata de personas que hicieron de 2019, el año más violento de la historia moderna.
Piedra se dedicó a criticar el funcionamiento interno de la casa a la que llegó en medio de indicios de fraude en la elección en el Senado y en medio de una lucha cuerpo a cuerpo al rendir protesta, debido al rechazo del PAN por su pasado ligado a Morena y su amistad con el presidente López Obrador. En vez de hablar de los niños con cáncer o de la Guardia Nacional, dijo, por ejemplo: “Dimos fin a los servicios de la chef con que contaba la pasada administración”. Los líderes de oposición no ayudan mucho a exigir lo que Morena y AMLO exigían al PAN o PRI con toda la razón. Miguel Ángel Mancera, triste coordinador del PRD en el Senado, volvió a mostrarnos que está maniatado para hacer una sola crítica (el gobierno de Morena de CDMX investiga a ocho de sus funcionarios por extorsiones, desvío de recursos y por formar parte del Cártel Inmobiliario). Hasta le deseó éxito en su encomienda. Es verdad que se trataba de una comparecencia atípica porque su antecesor estuvo 10 meses al frente y ella sólo dos, por lo que evitó hablar de las recomendaciones y números del ex presidente de la CNDH, pero fue hasta que aparecieron Juan Zepeda, de MC, y Gustavo Madero, quienes a base de preguntas sin contestar, planteamientos y números como los citados, hicieron ver que México tiene al ombudsperson más condescendiente con el poder de la historia. Es una lástima que sea la primera mujer en representar el cargo.
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UPPERCUT: Porfirio Muñoz Ledo quiso hablar, aprovechando que habían dicho su nombre, para usar una tabla de datos que muestran la realidad del país no reconocida por Piedra Ibarra. Pero muy hábil y al pie del reglamento, Mónica Fernández le inhabilitó la oportunidad con una votación.