Unas latas de garbanzo, numerosos libros sobre la siembra de cítricos y una cantidad enorme de cartas personales, panfletos, tarjetas de presentación y telegramas de hace más de 100 años, forman parte de una colección poco común: el archivo inédito del general Álvaro Obregón.
Son más de 16 mil documentos y objetos que estuvieron olvidados por décadas y que, luego de su hallazgo, dan cuenta de que el expresidente de México fue mucho más que un sonorense invicto.
El Instituto Sonorense de Cultura (ISC) ha trabajado por más de dos años en el rescate y digitalización de un archivo histórico nunca antes visto y del que ahora expone un fragmento en la Casa de la Cultura de Sonora hasta el próximo 31 de enero.
Joaquín Robles Linares, coordinador de este recinto cultural, explicó que fue el ingeniero Octavio Vargas Obregón, nieto del general e hijo de doña María -la última hija de este personaje y quien falleció recientemente- el interesado en poner el archivo en manos de la institución.
“Me gustaría destacar la generosidad de la familia”, dijo Robles Linares, “hace unos años, el ingeniero Octavio Vargas Obregón se comunicó conmigo y me hizo la propuesta de revisar un archivo en unas cajas que habían quedado en El Náinari, la hacienda que construyó y donde residía el general Álvaro Obregón”.
En equipo con el historiador Ignacio Almada, un gran conocedor de la época del general, Robles Linares viajó a Ciudad Obregón para obtener más de 15 cajas que habían permanecido empolvadas y con las que los archivistas e historiadores María Isabel Moreno y Luis Fernando Rodríguez trabajan, hasta la fecha, minuciosamente.
“Lo primero que se hizo fue detener el deterioro”, explicó Robles Linares, “los documentos que están encerrados o resguardados en lugares que no son propicios, lo primero que desarrollan, son hongos y termitas.
Entonces, fumigamos los documentos, los limpiamos todos y después procedimos a ordenar y clasificarlos, después empezó la digitalización donde, a la fecha, llevamos más de 16 mil documentos digitalizados, desde 1913 a 1931”, detalló.
Entre los documentos históricos se encuentran los que narran la vida del general durante dos periodos: primero, el nacimiento de Álvaro Obregón como personaje político y militar, de 1913 a 1919; y después, el lapso que comprende su presidencia, de 1920 a 1924; la de Plutarco Elías Calles, de 1924 a 1928; y la nueva candidatura del general donde, finalmente, como presidente electo, es asesinado en julio de 1928.
“La información que está ahí es riquísima y única en el país, porque esa documentación no se había abierto, no se había visto, no se había estudiado, clasificado, ordenado y, mucho menos, digitalizado y todavía nos falta muchísimo, al menos, un año más de trabajo”, aseveró Robles Linares.
Al recorrer la exposición montada en Casa de la Cultura, pueden verse fotografías, cartas autógrafas y documentos de comunicación entre Obregón y personajes como Emiliano Zapata, Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta, Venustiano Carranza, Eulalio Gutiérrez, Francisco Villa e, incluso, el pintor mexicano Dr. Atl.
“Pero también hay cartas, correspondencia y telegramas familiares que dan una dimensión distinta del personaje que uno conoce”, narró el coordinador, “una cosa es el militar invicto, el sonorense que ganó batallas, que nunca fue vencido y que incluso ganó a todos los militares que habían salido de West Point o de las academias de artillería europeas, que desbarató al ejército federal de la época y después a los contingentes villistas en las campañas del Bajío.
Y otra es la dimensión de aquel agricultor del sur de Sonora que también tenía un ingenio especial para los negocios, que era un gran empresario y que tenía esas habilidades, por ejemplo, para sembrar garbanzo, enlatarlo y mandarlo a Europa”.
Entre los objetos curiosos se encuentra precisamente una serie de alimentos enlatados y etiquetados con el nombre “Alba”, en honor a una de sus hijas, pero también alrededor de 140 libros que nada tienen que ver con política o estrategia militar.
“La mayoría son de agricultura, de mecánica o de cosas que no tenían nada que ver con la política ni con la guerra”, dijo Robles Linares, “cualquiera pensaría que un hombre como él tendría libros de estrategia militar, pero no hay ni uno solo que pertenezca a esas cuestiones de carácter militar; sus libros hablan sobre cómo sembrar cítricos, cómo fabricar vidrio, son manuales y te dan una idea de cuál era su interés genuino”.
La importancia de la conservación de los archivos, no solamente de carácter histórico, radica en su necesidad para la reconstrucción del pasado y tener idea de en dónde estamos, quiénes somos y hacia dónde vamos, dijo el coordinador.
“Creo que hacer conciencia de los archivos en nuestra sociedad es fundamental y no hablo sólo de los archivos de próceres de la historia, hablo de los archivos en general, pues ahora hay muchas facilidades para tenerlos disponibles, legibles y organizados, en resguardo en lugares adecuados técnicamente para que no se deterioren y poder conservarlos como lo que son: reliquias históricas”.
La exposición “Álvaro Obregón: Un sonorense invicto”, cuenta con varias secciones y, a decir de Robles linares, fue diseñada para todo público, sin necesidad de tener conocimiento histórico profesional.
“Nosotros quisimos dar una muy pequeña probadita de lo que es el archivo que tenemos, son apenas 40 documentos, de miles, pero viéndolos van a ver las distintas facetas de este militar excepcional, de este sonorense extraordinario”.