Recibir el Año Nuevo con uvas sigue siendo una de las costumbres más arraigadas, pero en la antesala de 2026 este ritual se ha convertido en un lujo para muchos bolsillos.
El precio de este fruto se disparó en diversas regiones del país, al grado de superar los 200 pesos por kilo, lo que ha obligado a los consumidores a replantear la tradición.
El incremento responde principalmente a dos factores: la alta demanda de fin de año y que la uva no se encuentra en temporada, condiciones que elevan su costo de manera significativa. En algunos mercados del país, adquirir uvas para las doce campanadas representa un gasto considerable.
En la Ciudad de México, los precios muestran una amplia variación. La uva con semilla puede encontrarse desde 39.50 pesos por kilo, mientras que la versión sin semilla alcanza hasta 220 pesos. La uva verde, la favorita para el ritual, se comercializa en alrededor de 113.20 pesos el kilo.
Las grandes cadenas de supermercados suelen ofrecer precios más bajos, aunque bajo un formato empaquetado, lo que impide seleccionar los racimos, un detalle importante para quienes buscan uvas en buen estado y de mejor apariencia.
Ante este panorama, algunas personas optan por alternativas más accesibles. Las pasas, que son uvas deshidratadas, se venden en promedio en 20 pesos el cuarto.
También se consideran otras frutas pequeñas como zarzamoras, arándanos, frambuesas, granada o cerezas, que permiten mantener el simbolismo del ritual sin afectar tanto el presupuesto.
El origen de la tradición
La costumbre de comer uvas al finalizar el año tiene su origen en España, a principios del siglo XX. En 1909, una cosecha excepcional llevó a los productores a promover la venta de uvas como un símbolo de buena fortuna, ofreciendo paquetes de 12 piezas, en alusión a los meses del año.
Con el tiempo, la práctica se consolidó y se extendió a otros países, convirtiéndose en un ritual que va más allá de lo gastronómico.
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Cada uva se acompaña de un deseo, lo que refuerza la idea de comenzar el año con esperanza y buenos augurios.
Con información de N+, National Geographic y López-Dóriga Digital


