La hipertensión es un padecimiento frecuente a nivel mundial. Conocer las razones por las que la presión arterial puede elevarse en distintos momentos del día es fundamental para lograr un mejor control de esta condición.
Uno de los factores que influyen es el ritmo circadiano, encargado de regular diversas funciones del organismo.
Durante las primeras horas del día, el cuerpo presenta niveles más altos de cortisol, una hormona asociada al estrés, lo que puede provocar un incremento en la presión arterial.

A esto se suma la activación física y la ingesta de alimentos tras el despertar, elementos que también inciden en sus valores.
El estrés cotidiano es otro factor relevante. A lo largo de la jornada, las obligaciones laborales, familiares y sociales pueden generar tensión, lo que impacta directamente en la presión arterial.
Cuando el estrés se vuelve constante, puede afectar la salud cardiovascular y favorecer la hipertensión, por lo que resulta importante aprender a manejarlo.
La alimentación también cumple un papel clave. Una dieta rica en sodio, grasas saturadas y azúcares puede elevar la presión arterial, al igual que el consumo excesivo de cafeína y alcohol.
Por ello, se recomienda una alimentación balanceada, con predominio de frutas, verduras y alimentos bajos en sodio.

La falta de ejercicio es otro elemento que puede contribuir al aumento de la presión arterial durante el día. El sedentarismo debilita el sistema cardiovascular y reduce la capacidad del cuerpo para regular la presión.
En contraste, realizar actividad física moderada de manera regular ayuda a disminuirla y mejora la salud general.
El manejo de la hipertensión suele basarse en cambios en el estilo de vida y, cuando es necesario, en el uso de medicamentos. Mantener un peso adecuado, evitar el tabaco, limitar el consumo de alcohol, llevar una dieta saludable y hacer ejercicio son medidas clave.
Si estas acciones no resultan suficientes, el médico puede indicar tratamiento farmacológico para controlar la presión arterial.


