Durante décadas, los gatos fueron vistos como animales distantes y poco afectivos. No obstante, investigaciones científicas recientes están cuestionando esa percepción y revelan que la relación entre los felinos y las personas es más profunda de lo que se creía.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Viena analizó el comportamiento de gatos domésticos con el objetivo de comprender cómo establecen vínculos emocionales dentro del entorno familiar. La investigación se centró en la observación de interacciones cotidianas entre los animales y sus cuidadores principales.
Los especialistas evaluaron señales de apego, búsqueda de contacto y respuestas emocionales, y concluyeron que los gatos sí desarrollan lazos afectivos sólidos, especialmente con la persona que identifican como fuente de cuidado, protección y estabilidad. Lejos de la indiferencia que suele atribuírseles, los felinos modifican su conducta según quién se encuentre presente y el tipo de vínculo que mantengan con esa persona.
Preferencias dentro del hogar
El estudio señala que los gatos tienden a mostrar mayor cercanía con quienes cumplen ciertas condiciones clave:
- Les proporcionan alimento de manera constante
- Respetan sus tiempos y límites
- Ofrecen contacto físico sin imponerlo
- Mantienen rutinas estables
Este comportamiento explica por qué algunos gatos buscan más a una persona específica del hogar, sin que ello represente rechazo hacia los demás integrantes de la familia.
Un lenguaje afectivo discreto
Los investigadores destacan que la comunicación felina es sutil. Gestos como parpadeos lentos, ronroneos, acercamientos voluntarios o dormir cerca son expresiones claras de confianza y afecto, aunque con frecuencia pasan desapercibidas para los humanos. Reconocer estas señales contribuye a mejorar la convivencia y fortalecer el vínculo entre personas y animales.
Impacto en el bienestar animal
Comprender la manera en que los gatos se relacionan emocionalmente con las personas permite mejorar su bienestar, reducir el estrés y promover una tenencia más empática. Los especialistas advierten que no se trata de humanizar a los felinos, sino de respetar su naturaleza emocional.
Este estudio se suma a una creciente evidencia científica que demuestra que los gatos no solo sienten, sino que también eligen con quién vincularse. Así, la imagen de animales fríos o distantes queda cada vez más lejos de la realidad, dando paso a una comprensión basada en la confianza, la seguridad y la constancia.


