El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (2014-2022), indultado este lunes en Estados Unidos por Donald Trump, permanece en paradero desconocido, y se desconoce si regresará a su país, donde aún enfrenta investigaciones y eventuales procesos judiciales.
El exmandatario, de 57 años, fue extraditado a Estados Unidos en abril de 2022, luego de ser arrestado dos meses antes en su residencia de Tegucigalpa, poco después de entregar el poder a Xiomara Castro.
En marzo de 2024, un jurado de la Corte del Distrito Sur de Nueva York lo declaró culpable de tres cargos de narcotráfico y armas. Posteriormente, fue condenado a 45 años de prisión, además de cinco años de libertad vigilada y una multa de ocho millones de dólares.
Hernández solicitó el indulto al expresidente Trump mediante una carta en la que lo elogiaba y recordaba la cooperación entre ambas naciones durante su primer mandato. El indulto fue anunciado el pasado viernes, coincidiendo con el apoyo de Trump al candidato conservador Nasry “Tito” Asfura en las elecciones presidenciales hondureñas, quien compite voto a voto con el opositor Salvador Nasralla.
Durante su juicio, las autoridades estadounidenses estimaron que las más de 400 toneladas de cocaína relacionadas con la condena equivaldrían a miles de millones de dosis. Además, un testigo declaró que Hernández habría dicho que planeaban “meter las drogas en las narices de los gringos”, mientras que la Fiscalía lo señaló de usar su cargo para facilitar el narcotráfico, financiar campañas políticas con dinero ilícito —incluido del cartel de Sinaloa— y mantener estructuras del Estado al servicio de estas redes, lo que calificaron como un intento de convertir Honduras en un “narcoestado”.
Hernández se declaró inocente, alegando que las acusaciones provenían de testimonios motivados por represalias y que su Gobierno impulsó acciones contra el narcotráfico, como la aprobación de la ley de extradición con Estados Unidos y la realización de 21 extradiciones durante su administración.
Su caso se vinculó al de su hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández, excongresista arrestado en 2018 en Miami y condenado en 2019 por narcotráfico. Durante ese juicio, varios testigos mencionaron al expresidente como conspirador y revelaron que ambos habrían recibido sobornos de organizaciones criminales como Los Cachiros, Valle Valle y el cartel de Sinaloa.
El indulto otorgado por Trump ha generado sorpresa y debate, especialmente en un momento en que el republicano ha intensificado sus esfuerzos contra el narcotráfico en el Caribe, con un amplio despliegue militar.
Tras ser liberado el 1 de diciembre de la prisión federal de Hazelton, en Pensilvania, Hernández no ha dado señales de su paradero. Su excarcelación ocurre apenas un año después de su condena y tras un intento fallido de obtener un nuevo juicio. Trump defendió su decisión al calificar el proceso judicial como “injusto” y compararlo con una “cacería de brujas”.
En Honduras, el indulto ha provocado fuertes críticas entre quienes recuerdan sus vínculos con el narcotráfico, mientras otros destacan su colaboración con Estados Unidos durante su mandato. La controversia coincide con la disputa electoral actual, lo que ha incrementado la incertidumbre política.
El Ministerio Público hondureño ha reiterado que el perdón otorgado en EE. UU. no afecta los procesos judiciales en curso en Honduras, donde Hernández enfrenta investigaciones por corrupción, lavado de activos y otros posibles delitos. Si regresa al país, podría enfrentarse a nuevas acciones judiciales, mientras se mantienen vigentes las medidas sobre sus bienes y los expedientes abiertos. (EFE)


