La marcha convocada por la llamada Generación Z para exigir justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, terminó empañada por disturbios, presencia de políticos y la participación de personas que poco tenían que ver con el movimiento juvenil que originó la protesta.
Conforme avanzaban los contingentes hacia el Zócalo capitalino, comenzaron a circular videos que mostraban a asistentes de distintas edades, incluidos personajes políticos opositores que aprovecharon la movilización para tomarse fotografías y sumarse públicamente a la causa, pese a los llamados iniciales del PRI y del PAN para respetar la libre expresión de los jóvenes.
Entre los asistentes que presumieron en redes su participación estuvo el experredista Guadalupe Acosta Naranjo.

A él se sumó Fernando Belaunzaran, quien aseguró acudir “sin banderas y sin protagonismo”.

También fue visto Emilio Álvarez Icaza, entrevistado durante la marcha.

Lo que inició como una marcha pacífica terminó derivando en empujones, destrozos y confrontaciones.
Algunos de los manifestantes encapuchados realizaron actos violentos que inmediatamente fueron señalados por usuarios en redes bajo la pregunta: “¿Apoco estas personas violentas son de la Generación Z?”.
Los jóvenes lograron alzar la voz, pero los disturbios y la irrupción de figuras políticas terminaron por opacar el mensaje central de la movilización, mientras en redes se multiplicaban críticas a los llamados “Chavorucos Z”, cuya presencia fue considerada innecesaria y contraria al espíritu original de la convocatoria.



